Vino y salud: historia, beneficios y cómo elegirlo según tu temperamento

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Si creías que el vino solo era para brindar o acompañar una buena pasta, esta nota te va a sorprender. Porque el vino —sí, ese elixir que llevas al brindis o a la cena con amigos— tiene una historia tan antigua como compleja, y una carga simbólica y medicinal que lo convierte en mucho más que una bebida elegante.

El Dr. Jorge Reskala, médico naturo-ortopático y experto en medicina integrativa, también es un apasionado del vino. Y nos cuenta por qué esta bebida fermentada no solo acompaña, sino también sana, conecta, inspira y… hasta revela tu personalidad.

Un trago de historia

El vino es uno de los productos más antiguos elaborados por el ser humano. Hay rastros de su consumo desde hace más de 11 mil años en el Medio Oriente, y luego fue ganando lugar en civilizaciones como la egipcia, la griega y la romana.

Los egipcios creían que Hathor, diosa del amor y la música, entregó el vino a los humanos. En Grecia, se adoraba a Dionisio, dios del vino, el teatro y el éxtasis. Y en Roma, el dios Baco presidía bacanales donde el vino corría con libertad… y muchas otras cosas también.

En muchas culturas, el vino sustituyó a la sangre en rituales: como símbolo de vida, regeneración e inmortalidad. Sí, incluso en el cristianismo, el vino representa la sangre de Cristo. No es coincidencia: el vino y la sangre son líquidos vivos, complejos, ricos en oxígeno.

¿Sabías que el vino puede mejorar tu estado mental?

Según el Dr. Reskala, médico naturo-ortopático, experto en medicina integrativa y nutrición celular, consumir vino tinto con moderación favorece un estado cerebral llamado Alfa, donde estamos relajados, pero creativos, enfocados y despiertos. Así que sí: una copa podría ayudarte a escribir, reflexionar o simplemente estar contigo sin ruido mental.

Vino y salud: más que antioxidantes

El vino tinto contiene polifenoles, bioflavonoides y resveratrol, antioxidantes naturales que:

  • Mejoran la circulación.
  • Fortalecen el corazón.
  • Ayudan a depurar toxinas.
  • Favorecen la salud digestiva.
  • Regeneran células musculares.

Incluso mejora la absorción de nutrientes en el intestino y favorece la biota intestinal. ¿La clave? No más de una o dos copas al día. Y mejor si es tinto.

¿Y qué vino va con tu personalidad?

El doctor Reskala también nos cuenta que los vinos pueden equilibrar tu cuerpo y emociones según tu temperamento. Esta teoría, basada en Hipócrates y Galeno, clasifica a las personas en:

  • Flemáticos: tranquilos, redondeados. Les van bien vinos como Cabernet Sauvignon o Tempranillo.
  • Coléricos: dominantes, secos. Les viene bien un Merlot o Malbec para suavizar emociones.
  • Sanguíneos: sociales, intensos. Les ayuda un vino que los invite a la introspección, como Tempranillo.
  • Melancólicos: creativos, racionales. Su uva ideal: Pinot Noir, que impulsa la flexibilidad emocional.

Brindar con sentido

El vino no solo es una bebida, es cultura, medicina, símbolo y hasta espejo emocional. Así que la próxima vez que abras una botella, hazlo con conciencia: por placer, por salud, por ritual o por arte.

Y como diría el Dr. Reskala: “Son muchas las razones para disfrutar de un buen vino y decir con todo sentido y certeza… ¡salud!

Dr. Jorge Reskala

Médico (céd. 14394530) y Naturópata (céd. 12575362), experto en medicina integrativa, nutrición celular y naturo-ortopatía. Formado en instituciones como la Universidad Anáhuac, University of Cambridge, UNAM y la Universidad de Ciencias Médicas de Cuba. Ha acompañado a más de 13,000 personas en México, Latinoamérica, EE. UU. y Europa.

Es miembro de organismos como el Colegio Mexicano de Nutrición Clínica y fundador del Colegio Nacional de Médicos Naturoortopáticos. En 2018 recibió el Doctorado Honoris Causa por su labor en medicinas complementarias, otorgado por el Senado de la República.

Instagram: @dr_reskala

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