En el curso de sus vidas, alrededor del 80% de los estadounidenses sufren de dolor de espalda en un momento u otro. Un estudio reciente encontró que más de un tercio de los adultos dicen que el dolor lumbar ha afectado su capacidad para realizar sus tareas cotidianas, ejercicio o sueño. El tratamiento de este dolor sigue siendo un problema difícil, y para millones de personas el dolor es crónico.
Ahora, un nuevo estudio realizado por científicos de la University of Maryland School of Medicine (UM SOM, Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland) ha concluido que el yoga puede ser útil para el dolor de espalda baja. El estudio apareció en la revista en línea Cochrane Library.
«Encontramos que la práctica del yoga estaba relacionada con el alivio del dolor y la mejora en la función«, dijo la autora principal del estudio, L. Susan Wieland, PhD, MPH, Profesora Asistente de Medicina Familiar y Comunitaria en UM SOM y Coordinadora de Campo de Medicina Complementaria Cochrane en el Centro de Medicina Integrativa en UM SOM – un proyecto financiado por una subvención NIH (National Institutes of Health, Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos) que realiza revisiones sistemáticas de varios temas de medicina integradora. «Para algunos pacientes que sufren de dolor lumbar crónico no específico, el yoga puede ser digno de considerar como una forma de tratamiento«.
Wieland y sus co-autores revisaron 12 estudios separados investigando la práctica del yoga para el dolor de espalda baja. Los ensayos, que incluyeron a más de mil participantes, compararon el yoga con una intervención sin ejercicios, como material educativo proporcionado a un paciente, o una intervención de ejercicio como la fisioterapia. Los investigadores descubrieron que existía evidencia con una baja a moderada certeza de que a los 3 y 6 meses, los pacientes que practicaban yoga tenían mejoras pequeñas o moderadas en la función relacionada con la espalda, así como pequeñas mejorías en el dolor.
El desempeño con el yoga fue aproximadamente igual que con ejercicios que no son de yoga en términos de mejorar la función de la espalda a los 3 y 6 meses, aunque los investigadores encontraron pocos estudios comparando yoga con otro ejercicio y por lo tanto consideraron la evidencia como muy baja certeza.
Yoga es una práctica física y espiritual que se originó hace más de 2 mil años en la India. En las últimas décadas, se ha vuelto cada vez más popular en los Estados Unidos y otros países occidentales. Suele involucrar una combinación de movimientos físicos, respiración controlada y relajación o meditación.
La mayoría de los ensayos usaron formas Iyengar, Hatha o Viniyoga de la práctica. Debido a que todos los participantes del estudio sabían si practicaban yoga o no, y su informe de los cambios en el dolor y el funcionamiento podría haber sido afectados por este conocimiento, los resultados del estudio sólo se podría calificar con una certeza «moderada» en el mejor de los casos. El estudio también encontró que los pacientes que practicaban yoga tuvieron más efectos adversos que los pacientes que no utilizaron el ejercicio, pero tenían tasas similares de efectos adversos como los pacientes que usaron ejercicio que no eran de yoga. Los efectos adversos fueron principalmente aumentos en el dolor de espalda. El yoga no se asoció con efectos secundarios graves.
El equipo de investigación también incluyó a científicos de la University of Portsmouth (Universidad de Portsmouth) en el Reino Unido y el University Hospital of Cologne (Hospital Universitario de Colonia) en Alemania.
Referencias
- L. Susan Wieland, Nicole Skoetz, Karen Pilkington, Ramaprabhu Vempati, Christopher R D’Adamo, Brian M Berman; Cochrane Database of Systematic Reviews 2017 N1; Yoga treatment for chronic non-specific low back pain; publicado del 12 de enero de 2016; DOI: 10.1002/14651858.CD010671.pub2; Disponible en el URL http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD010671.pub2/abstract