ABC del vértigo: ¿Cómo reconocerlo y evitar confundirlo con mareos?

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El vértigo es una de las principales causas de consulta médica relacionada con el equilibrio. Aunque muchas veces se confunde con un simple mareo, el vértigo es una condición neurosensorial que afecta gravemente la calidad de vida de quienes lo padecen. Se estima que 1 de cada 10 personas en el mundo ha tenido al menos un episodio de vértigo, una sensación de movimiento o giro del entorno que no corresponde a la realidad.

“El vértigo se debe a una disfunción en el sistema vestibular, que es el ‘GPS interno’ del cuerpo. Cuando esta red de señales que conecta el oído interno con el cerebro falla, se produce una percepción errónea del movimiento”, explicó el Dr. Álvaro Rojas, director Médico de Abbott.

Según el especialista, el vértigo no es una enfermedad en sí, sino un síntoma de afecciones del oído interno o neurológicas. Entre sus causas más comunes están los cristales sueltos en el oído (vértigo posicional paroxístico benigno), infecciones virales, inflamación del nervio vestibular, o incluso el síndrome de Ménière, que suele presentarse con pérdida auditiva y zumbidos en el oído.

1 de cada 10 personas en todo el mundo experimenta vértigo. Imagen: cortesía.

¿Cómo identificarlo?

A diferencia de un mareo, el vértigo genera una sensación de desplazamiento rotatorio, pérdida del equilibrio, visión borrosa, náuseas o incluso dificultad para caminar. “Algunos pacientes describen que sienten como si el mundo girara a su alrededor o como si cayeran estando de pie”, señaló el Dr. Rojas.

Este síntoma puede ser desencadenado por movimientos bruscos de cabeza, estrés, consumo de alcohol, falta de sueño o una dieta alta en sal o azúcar. La duración de los episodios varía: puede durar segundos, horas o incluso días.

El vértigo es una de las principales causas de consulta médica relacionada con el equilibrio. Aunque muchas veces se confunde con un simple mareo.

Consecuencias y tratamiento

Los impactos del vértigo van más allá de lo físico. Estudios recientes señalan que el 63% de quienes lo padecen pierde jornadas laborales, el 27% cambia de trabajo y el 21% abandona su empleo debido a las limitaciones que impone esta condición. También se ha relacionado con aislamiento social, depresión y pérdida de independencia.

La buena noticia es que el vértigo puede tratarse. “Con el diagnóstico adecuado, se puede indicar un tratamiento personalizado que incluya ejercicios de rehabilitación vestibular, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos. La clave está en no ignorar los síntomas y acudir al médico”, subrayó Rojas.