Desde la aparición de la píldora femenina empezó a buscarse la posibilidad de crear un método hormonal para los hombres. Sin embargo, debido a que producen millones de espermatozoides constantemente, detener su producción es más complejo que evitar la liberación de óvulos una vez al mes, a lo largo de un ciclo definido y regular, como es el caso de las mujeres.
En los últimos años se han encontrado combinaciones de sustancias que pueden servir para detener de manera temporal la fertilidad masculina y, aunque siguen en investigación, es probable que estén disponibles antes de llegar al año 2010.
Uno de estos métodos podría ser oral. Las pastillas funcionarían disminuyendo en forma considerable la producción de espermatozoides, lo que haría imposible la fecundación. Un hombre fértil expulsa alrededor de 600 millones de espermatozoides por eyaculación y, con la pastilla, el semen contendría menos de tres millones de células por centímetro cúbico, con lo que se aseguraría la anticoncepción.
Otro método consistiría en la aplicación de implantes subcutáneos, que al igual que en el caso de los femeninos, liberarían hormonas poco a poco. También se investiga una alternativa inyectable.
[[Vivianne Hiriart. “¿Cómo funcionan? Todos los métodos anticonceptivos”, Grijalbo, p.54
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