El dilema de la pareja ¿es sólo de la pareja?

Por psicóloga Montserrat Pedraza Larraguivel, especialista en sexología, integrante de Vínculo Colectivo.  ¿Has escuchado o dicho la frase: “los problemas de pareja son de dos”?

Vista superior de la joven pareja acostada en la cama por la mañana y utilizando teléfonos inteligentes
Hay parejas que funcionan mejor así, sin saber que hay una tercera persona, incluso sabiéndolo.

¿Te has planteado alguna otra posibilidad?, es decir, que no sea realmente un problema entre ellos, sino que simplemente ya no se aman, ya no desean estar juntos, incluso, que ya vivieron, aprendieron, hicieron lo que tenían que hacer juntos y es hora de seguir, pero separados.

Ojo, cuando digo separados, problemas o cualquier palabra al respecto, no me refiero y no quiero crear la idea de que sea algo catastrófico o que tiene que acabar en el odio, muchas veces las relaciones, como otras tantas cosas de la vida, cumplen una función y terminan un ciclo sin que sea algo negativo. Pero ese es tema para otro momento.

¿Qué otras cosas pueden pasar en una relación que no sea responsabilidad de las dos partes centrales?

El tema principal, el origen de casi todas las rupturas es una infidelidad. Ajá, las cosas como son, sin pelos en la lengua sin miedo a llamarles por su nombre.

Ya nos sabemos la fórmula mágica; una pareja feliz, él la engaña con otra mujer y por eso terminan, rompen, se pelean, trágico… pero, qué pasa si hacemos un par de cambios, primero él no es el infiel, estamos mucho más adelante que los cuentos heteronormados de un pareja conformada por “él” y “ella”.

Pongamos en el escenario simplemente a dos personas, no creo que pareja sea neutra de gratis, agreguemos, que la persona infiel no solo es masculino, también es la persona femenina y, por último, pero no menos importante, ¡no terminan su relación!

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Así es, la continúan y va mejor que antes. De nuevo, no digo que sea lo necesario para salvar o mantener una relación, mucho menos lo sugiero o recomiendo, la verdad es que cada quien sabe cómo actúa y se hace responsable de ello.

Pero ya sabemos que, y si no, lo sabrás a continuación, los seres humanos no somos monógamos y que existen otras formas de relacionarnos. Lo dejo sobre la mesa para pensar.

Hay parejas que funcionan mejor así, sin saber que hay una tercera persona, incluso sabiéndolo; recordemos temas como acuerdos, consentimiento y que todo está en constante movimiento y reconstrucción.

Si una pareja decide agregar a su relación una infidelidad, no solo se aprenden cosas nuevas, sino que incluso puede verse como una puerta para construir una nueva relación dentro de la relación como con la misma persona.

Las infidelidades, no vienen de gratis ni llegan, en muchos casos, para quedarse. Existe la posibilidad de que refuercen la relación, reencontrarse como individuos e integrantes de una pareja.

Las relaciones felices también pueden involucrar la infidelidad, que a veces sirve como una forma de explorar identidades alternativas.

Los celos, que usualmente acompañan una infidelidad, pueden ser necesarios para el amor, la atención y el cuidado tanto de la otra persona como de la pareja.

Recuerda que la no-monogamia consensual funciona para algunas personas, pero no es una solución infalible a la infidelidad.

Imagen cortesía de AndrewLozovyi



Escrito por

Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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