La diputada Nancy Claudia Reséndiz Hernández aseguró que adolescentes embarazadas menores de 16 años corren un riesgo de muerte materna 4 veces más que mujeres de 20 a 30 años; además, la tasa de mortalidad de sus neonatos es 50% mayor.
“Las adolescentes en cinta requieren de atención especializada, tanto médica como psicológica durante el embarazo, parto y postparto”, sostuvo.
Durante la conferencia “Educación y Salud Sexual”, realizada en la Cámara de Diputados, la legisladora enfatizó que en el índice de embarazo adolescente mundial México ocupa el primer lugar, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En 2016 se registraron 395,597 casos, siendo Chihuahua, Coahuila, Durango, Guerrero y Chiapas donde se detectaron el mayor número.
“En las zonas donde se presentan estas situaciones prevalece la falta de una atención obstétrica adecuada, que implica riesgo de ruptura del útero, que es un riesgo para madre y bebé”, subrayó.
Agregó que este sector enfrenta un riesgo más alto de parto obstruido, porque los cuerpos más jóvenes no están plenamente desarrollados.
Reséndiz Hernández enfatizó que maternidad y paternidad temprana suelen tener efectos negativos en las y los hijos de adolescentes porque son expuestos a condiciones adversas que obstaculizan su desarrollo.
Durante su participación, comentó que las principales causas son:
- poca o nula educación sexual en las escuelas,
- inicio temprano de la actividad,
- poco uso de métodos anticonceptivos,
- falta de información,
- violencia sexual,
- así como falta de oportunidades económicas y sociales.
Explicó que, según cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), sólo 37.6% de adolescentes empleó un método anticonceptivo durante su primera relación sexual, mientras que 45% usó uno en la última ocasión, en ambos casos con poca efectividad.
“La educación y salud sexual son minimizados porque con un correcto conocimiento de estos temas se podrían evitar graves problemas sociales”.
Se requiere reforzar el tema de la prevención y llevar el conocimiento sobre el uso de métodos anticonceptivos a las escuelas; implantar políticas públicas encaminadas a atender y orientar a este sector de la población, además de aumentar el presupuesto para su atención y realizar campañas sobre derechos sexuales y reproductivos.
Por su parte, el sexólogo Matías Velázquez Moreno señaló que el problema radica en cómo fueron educados los adolescentes y qué se hace hoy en día para dar una correcta enseñanza. “La gente se espanta cuando alguien dice pene, vagina, coito o penetración, la diferencia está en cómo lo pensamos”.
Aseguró que “a falta de educación sexual la pornografía ha sido el manual de uso de 99 por ciento de la población”.
“Cuando hablamos de eso hablamos de embarazos adolescentes muy tempranos con consecuencias muy graves, como el caso de una niña de nueve años que ahora cuida a una bebé”.
En el encuentro, jóvenes asistentes lamentaron la falta de enseñanza de métodos anticonceptivos desde las escuelas, lo que consideraron ahonda en el problema por el que pasa el sector[.]