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En los últimos años, las infecciones de transmisión sexual (ITS) han crecido de forma silenciosa entre mujeres mayores de 40 años. Así lo confirma la ginecóloga Dra. Elsa Díaz, quien advierte que este aumento no se limita a una sola causa: se mezclan cambios sociales, nuevas formas de relacionarse, escaza cultura del condón y un desconocimiento persistente sobre estas enfermedades.
En entrevista para Plenilunia, la especialista explicó que “hoy observamos un alza en infecciones bacterianas, virales, micóticas y parasitarias, y aunque algunas se pueden tratar con antibióticos, otras, como los virus, permanecen en el cuerpo para siempre. Entre las más comunes están el Virus del Papiloma Humano (VPH), el herpes genital, el molusco contagioso y las hepatitis de transmisión sexual. “No podemos eliminarlos con un tratamiento único, pero sí podemos prevenirlos”, refirió la Dra. Díaz.
El caso del VPH es particularmente relevante. Por cada 25 cánceres en seres humanos, uno está asociado al VPH, y aunque existe una vacuna segura y eficaz, muchas mujeres no se la aplican. La falta de revisiones también agrava el panorama: casi el 50% de los cánceres cervicouterinos en México aparece en mujeres que nunca acudieron a hacerse un Papanicolaou. A esto se suma otro dato: la mitad de quienes sí tienen una citología anormal no continúan con el seguimiento médico.
La Dra. Díaz explicó que algunas infecciones de transmisión sexual como clamidia, micoplasma o gardnerella pueden favorecer que el VPH progrese o se transforme, y si las mujeres no acuden a revisiones, ese proceso puede tardar hasta 20 años sin que exista ninguna señal visible. “Estamos frente a una enfermedad que mata a 12 mujeres al día, y que es prevenible con una herramienta básica: la vacunación contra el VPH”, enfatizó la especialista.
Menopausia y VPH: por qué la vacuna sigue siendo clave
La entrevista también arroja luz sobre un tema poco comentado: la importancia de vacunarse contra el VPH en la menopausia. La doctora explica que las mujeres en climaterio enfrentan tres retos biológicos:
Inmunosenescencia: el sistema inmunológico envejece y responde más lento.
Dificultad para eliminar virus: el cuerpo tarda más en aclararlos.
Reactivación de infecciones viejas: virus adquiridos en la juventud pueden “despertar” con más fuerza.
Por eso, aunque muchas mujeres piensen que ya “no les toca vacunarse contra el VPH”, la especialista es clara: sí vale la pena vacunarse. La protección sigue siendo útil, especialmente cuando nunca se ha tenido contacto con el VPH o cuando existen factores que pueden reactivar una infección latente.
Además, la ginecóloga recuerda que la consulta ginecológica no solo es revisión de mamas y genitales: también es un espacio para actualizar esquemas de vacunación.
En mujeres de 50 años o más, recomienda considerar también vacunas contra herpes zóster, neumococo, además de influenza y COVID por temporalidad.
La vacuna del VPH en adultas requiere tres dosis: una inicial, otra a los 2 meses y una tercera a los 6 meses. “Ser adulta no es un motivo para renunciar a la prevención. Al contrario, esta etapa requiere un cuidado especial”, concluyó la Dra. Elsa Díaz.



