Resequedad vaginal en la menopausia: ¿cómo reconocerla y qué hacer para sentirte mejor?

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La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres, pero viene acompañada de varios cambios físicos y emocionales. Uno de los más comunes —y menos hablados— es la resequedad vaginal, un síntoma que puede afectar la calidad de vida si no se atiende a tiempo.

Este cambio se debe principalmente a la disminución en los niveles de estrógeno, hormona que regula la lubricación y el equilibrio del pH vaginal. Sin suficiente estrógeno, los tejidos vaginales se vuelven más delgados, menos elásticos y pierden humedad. Esto puede provocar picazón, ardor, incomodidad e incluso dolor durante las relaciones sexuales.

¿Cómo saber si tienes resequedad vaginal?

Los síntomas más comunes son:

  • Picazón o ardor en la zona íntima
  • Dolor o molestias durante el sexo
  • Sensación de ardor al orinar
  • Infecciones vaginales frecuentes
  • Aumento de la sensibilidad vaginal

Según especialistas, una de cada tres mujeres experimentará resequedad vaginal en algún momento de su vida, especialmente durante o después de la menopausia.

La resequedad vaginal es parte de los cambios físicos que muchas mujeres experimentan, sobre todo, en la mediana edad, sin embargo, es prevenible y tratable.

¿Qué opciones existen para aliviar la resequedad vaginal?

Afortunadamente, existen diversos tratamientos y medidas para mejorar este síntoma:

Lubricantes a base de agua

Ideales para aliviar la molestia momentánea y facilitar las relaciones sexuales. Son seguros y de acción rápida.

Hidratantes vaginales

Se aplican de forma regular (no solo antes del sexo) para mantener la humedad natural de la vagina.

Terapia de reemplazo hormonal (TRH)

En algunos casos, los médicos recomiendan aplicar estrógenos tópicos o en forma de óvulos para tratar directamente el problema.

Poco antes de los 40 años comienza a disminuir la producción de estrógenos por parte de los ovarios. Esto provoca cambios a nivel genital que pueden interferir con la respuesta sexual.

Actividad sexual o estimulación vaginal

Sí, tener sexo también ayuda. La actividad regular favorece la irrigación sanguínea y la salud de los tejidos vaginales.

Consejos extra para cuidar tu zona íntima

  • Evita jabones perfumados, duchas vaginales agresivas o productos irritantes
  • Usa ropa interior de algodón y evita prendas ajustadas
  • Mantén una higiene íntima suave, usando productos con pH balanceado
  • Consulta siempre a tu ginecólogo si presentas molestias persistentes
Un hidratante ayudará a mantener una humedad plena en la vagina en todo momento.

Hablar de resequedad vaginal es parte del autocuidado

Aunque todavía es un tema tabú en muchos espacios, hablar de salud íntima es clave para vivir la menopausia con bienestar y dignidad. La resequedad vaginal es más común de lo que crees, y no tienes por qué resignarte a vivir con molestias.

Consulta con un profesional de salud para encontrar el tratamiento más adecuado según tus síntomas, historial médico y estilo de vida. Porque sentirte bien contigo misma también empieza por cuidar tu cuerpo.

Atha Bienestar

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