Los romanos, según el diccionario de Símbolos de Jean Chevalier, consideraban el annus magnus como el periodo que tarda en su rotación el ciclo zodiacal para volver a su posición primera. Wikipedia asegura que festejaban el inicio de año el 15 de marzo, y dedicaban sus plegarias y ofrendas a la diosa Anna Perenna, deidad del círculo o anillo del año.

Para que el “círculo del año” pudiese completar felizmente y fuese un año próspero, lo festejaban al aire libre en la via Flaminia, en tiendas que ellos armaban y donde los muchachos yacían junto a las muchachas de manera licenciosa, en tanto la gente pedía a Anna que les otorgase muchos años más de vida, de vino, de cosechas, de orgías…

Los griegos tenían como símbolo del año el ouroboros. Un animal serpentiforme que engulle su propia cola y que conforma, con su cuerpo, una forma circular. El ouroboros simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo.Tiene una mitad blanca y otra negra. Para los alquimistas el ouroboros expresa la unidad de todas las cosas, materiales y espirituales que nunca desaparecen sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación.

Nuestra vida, “determinada” en cada año que inicia, se semeja a este símbolo, tomando en cuenta que cada año es un círculo en el que nosotros tenemos altibajos todo el tiempo. Vamos de una experiencia a otra, de una situación a otra. Tenemos  cambios. Sorpresas. Sufrimiento. Alegría. Prosperidad. Pobreza. Plenitud. Vida, Muerte. Vida… Siempre estamos en constante “polidaridad”.

Tal y como lo dice el Cuarto Gran Principio Hermético del Kybalion: “Todo es dual, todo tiene dos polos; todo su par de opuestos (…).). Así que de manera general, el año simboliza la medida de un proceso cíclico completo y a la vez es un modelo
reducido del ciclo cósmico (el punto final es el mismo que el punto de partida). Un ciclo es un proceso de transformación continuo y concurrente en diferentes etapas y en cualquier tiempo.

“Se acaba el año. A mí me da igual (…) Otro día, en la casa, todo igual; en la calle, no más las gentes que se encontraban, y, por no dejar, se decían “, feliz año nuevo” pero no cambiaba nada”… ¿Cuántas veces no has tenido la misma sensación o sentimiento?, ¿realmente no cambia nada en nuestra vida? ¿Qué significa el fin de un año y el inicio de otro? “.

No podemos decir, como en el cuento citado, que nos da igual el año acabe, porque estamos terminando de cerrar un ciclo. Un ciclo que nos dejo, seguro, un cúmulo de experiencias y aprendizaje (aunque en el camino hubiese habido pérdidas y/o sufrimiento). También nos dejó, seguro, metas alcanzadas, regalos y sorpresas agradables o experiencias significativas. ¿Tienes algo que agradecerle a 2014?

Empieza tu lista antes de que éste finalice. Después, abre tus brazos y dale la bienvenida a 2015. ¿Qué metas tienes para este año?, ¿qué te gustaría cambiar en ti? ¿estás listo para las sorpresas que llegan este año que inicia?

Para saber más

• Yáñez, Agustín. “El episodio del florón. Flor de juegos antiguos” México, Ed. Grijalbo 1977, p.57
• Chevalier, Jean. Diccionario de Símbolos, Ed. Herder, Barcelona, 1988.
• http://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Perenna
• http://www.proyectopv.org/1-verdad/kybalionpolaridad.htm