La contaminación atmosférica puede ser un factor que incide en la esterilidad o infertilidad de hombres y mujeres, problema que ha aumentado en los últimos 7 años, advirtieron Patricia Bizarro Nevares y Teresa Fortoul van der Goes, investigadoras de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1 de cada 4 parejas tiene problemas de fertilidad, y en México el INEGI calcula que hay 1.5 millones de parejas afectadas. En México, indicaron, apenas se inician los estudios que vinculan a la contaminación con problemas cardiovasculares y del sistema nervioso, pero en otras naciones ya han indagado y han descubierto que los hombres expuestos a la contaminación atmosférica de forma ocupacional o por ser residentes de urbes altamente contaminadas, sufren alteraciones, por ejemplo, en la calidad del semen.
“No sólo se reduce el número de espermatozoides que producen, sino que presentan malformaciones: tienen dos cabezas, dos flagelos, no se mueven de manera normal o están inmóviles”, señaló Bizarro Nevares.
En Italia, por ejemplo, las investigaciones con trabajadores de casetas de peaje, expuestos al humo de vehículos de manera constante durante al menos 7 años, detectaron una disminución en la concentración de espermatozoides, con menor movilidad (29.6%), menor porcentaje de espermatozoides con forma normal (17.2%) y con daño en el material genético en comparación con los varones que laboraban en oficinas.
De igual forma, en Turquía los hombres con al menos 5 años laborando en casetas de peaje mostraron alteraciones en comparación con los que no están expuestos continuamente al humo de vehículos (44.6 contra 70.8 millones de espermatozoides por mililitro de semen), menor motilidad (38.2% contra 52.2%) y más espermatozoides con alteraciones morfológicas.
Teresa Fortoul indicó que las causas de infertilidad son múltiples y variadas: en mujeres, la endometriosis, alteraciones hormonales, en las tubas uterinas, retraso en la edad de concepción e infecciones, entre otras.
En el caso de ellos puede deberse a:
- alteraciones anatómicas,
- enfermedades de origen genético,
- trastornos hormonales,
- procesos infecciosos,
- adicciones (drogas, alcohol, tabaco)
- y exposición a sustancias tóxicas, tanto en forma laboral como a través de la contaminación atmosférica.
Un problema importante son las partículas suspendidas ultrafinas que alcanzan el torrente sanguíneo a través de las vías respiratorias. “Son una madeja de compuestos tóxicos: hay hidrocarburos y metales, además de la exposición al ozono, los óxidos de nitrógeno y azufre”, comentó Bizarro Nevares.
Las investigadoras escribieron, junto con sus colegas Nayelly Aglaé Meléndez García y Marcela Rojas Lemus, del Departamento de Biología Celular y Tisular de la FM, el capítulo Contaminación atmosférica y alteraciones en la reproducción, del libro “Efectos de la contaminación atmosférica en la salud”, en el que incluyen datos del Primer Censo del Mercado de Infertilidad en México, que apuntan que este problema ha ido en aumento en los últimos 7 años.
De acuerdo con la encuesta, realizada en 31 clínicas de fertilidad de 12 estados de la República, en 32% de los casos la infertilidad es por el factor femenino y en el 31% por el masculino; en el 25% son ambos.
Las académicas indicaron que para hacer frente a esta situación es necesario que la población sea consciente de que es parte del problema y procure no quemar ni tirar basura, y que su vehículo contamine menos.
Además, deben ser responsables de su autocuidado para detectar afecciones. Las personas no acuden a los servicios de salud para atenderse, prefieren los remedios caseros, resaltaron.
De igual forma, insistieron, debe haber más educación para la salud. Los niños, desde quinto o sexto grado de primaria deben tener información sobre los cambios en su cuerpo, así como de la contaminación, así cuando decidan iniciar su vida sexual o si tienen un problema de concepción sabrán qué hacer y a dónde acudir para solicitar ayuda.