Vega López, adscrito al Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav asegura hay dos posibilidades de contagio:
- Agente infeccioso viva en el cuerpo de manera equilibrada porque nuestro sistema inmune así lo mantiene.
- Contacto con una persona enferma, de tal manera que el sistema no lo puede controlar.
Por lo que, no son las bajas temperaturas el motivo de la enfermedad «en realidad la enfermedad viene porque te infectas con un microbio” y agrega que «el frío tiene una influencia, aunque no es determinante ya que las bajas temperaturas afectan las defensas que tiene el tracto respiratorio«.
Factores como son la desnutrición; no dormir bien; habitar en una casa sin la ventilación apropiada o que no tenga condiciones higiénicas adecuadas son razones para que una persona se enferme mayor facilidad.
Vega López, expone que “el estado nutricional de la gente es fundamental, porque si el sistema inmune no tiene elementos de donde echar mano para defenderse, las personas son más susceptibles a enfermedades”, es decir una buena alimentación y la práctica de hábitos saludables podrían evitar que el frío detone enfermedades.
Durante el verano, cuando se presentan temperaturas altas, las personas también padecen malestares, por lo que no necesariamente las enfermedades aparecen según las condiciones climáticas.
Marco Antonio Vega López, finaliza exponiendo que es necesario que se realicen investigaciones sobre el sistema inmune, ya que de esa manera se contribuirá al diseño de medidas profilácticas y terapéuticas más adecuadas. Lo que permitiría diseñar mejores vacunas, especialmente para los niños y las personas de la tercera edad, ya que ellos son los más expuestos a esas enfermedades.