“Es necesario que nos sentemos con la Secretaría de Salud e integrantes de la comisión de Salud del Congreso para abordar la problemática del suministro de medicamentos elaborados con cannabinoides para los pacientes que lo vienen usando con buenos resultados desde hace años”.
Así lo señaló Janeliy López, socia fundadora de la Asociación Mexicana de Investigadores en Cannabis, A.C. (Amexicann), al subrayar que una vez definido el reglamento del uso medicinal del cannabis es primordial establecer programas con fines compasivos para los cada vez más pacientes que lo necesitan, señaló.
“Lo ideal sería que hubiera un cultivo y producción nacional, ese es el camino que se llama solidario cuyo fin es abastecer la demanda de salud y fomentar la investigación,” apuntó.
En entrevista con Plenilunia transmitida por la plataforma FacebookLive, Janeliy, quien ha evidenciado el beneficio del cannabis medicinal con su pequeño hijo Diego, aseguró que se debe hacer un análisis a fin de que los costos sean absorbidos por los sistemas de salud, y que el Estado se haga cargo de proveer los tratamientos con cannabis medicinal en lo que surgen medicamentos formales. En otros países como Israel, el gobierno cubre el tratamiento de los pacientes con gran éxito y resultados para su población.
Sobre la proporción de pacientes que en México estarían consumiendo derivados del cannabis, indicó que no hay números oficiales pero en 2019 Amexican realizó una encuesta en la que se entrevistó a 1,500 personas, quienes señalaron que el consumo de cannabis era usado para reducir su dolor. El grueso de los pacientes presentaba dolores ocasionados por fibromialgia, esclerosis múltiple, lupus y cáncer; la mayoría de ellos concentrados en Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México.
Debe cuantificarse cuántos pacientes consumen cannabis
Sin embargo, enfatizó que hoy debe haber aumentado significativamente el número y la demanda; de modo que sería muy positivo realizar otra encuesta para estimar cuántas personas la consumen y de qué manera la adquieren.
En este marco, Janeliy, una de las principales impulsoras desde el 2016 de la legalización del uso terapéutico de los derivados de la mariguana que derivó en la reforma a la Ley General de Salud en 2017 para no criminalizar a los pacientes que la consumen, destacó que la emisión de un reglamento derivado de dicha ley tardó tres años y cinco meses, tiempo en el que muchos pacientes y sus familiares estuvieron en riesgo de ser llevados presos, extorsionados o adquirir productos en un mercado ilegal.
Sin duda, agregó, la reciente aprobación del reglamento del uso del cannabis medicinal es un paso importante para México pero aún falta mucho por hacer, y en particular en proteger la vida de los enfermos que está en riesgo sino continúan con su tratamiento porque no pueden esperar años a que se realicen estudios clínicos y se cuente con la información requerida para un tratamiento formal.
“No está claro cual es el mecanismo para subrir a esos pacientes; necesitarían esperar de 7 a 8 años para que el Poli (IPN) o la UNAM den resultados con investigaciones y se desarrollen medicamentos, pero la vida de los pacientes no puede esperar”.
Las naciones impulsan producción local
Las naciones que han legalizado han dejado de importar productos farmacéuticos o materia prima en el formato de medicamentos magistrales por los altos costos y han optado por generar sus productos locales.
En Croacia -comentó- se tuvo que recurrir a la producción local de marihuana a través de la empresa Bedrocan para satisfacer la demanda nacional debido a lo complejo que es el intercambio de la materia prima.
En la Unión Europea y en Canadá tuvieron que establecer programas de suministro especial, destinado a los pacientes mientras los marcos regulatorios se van adaptando, como lo hizo Alemania.
De hecho, Europea abrió la pauta para importar los derivados de la planta en productos farmacológicos. A nivel mundial hay dos fármacos basados en CBD, uno de ellos para la esclerosis múltiple (Sativex) y el otro para la epilepsia (Epidiolex), pero desde hace años existe en el mercado la Nabilona (Cesament), empleada en México en pacientes con VIH y personas con cáncer, prescrito para suprimir el vómito y las náuseas, ocasionadas por la quimioterapia.
En México, mercado gris
En México lo que ha pasado es que se creó un mercado gris ante la falta de regulación, esa falta de claridad legal ocasionó que empezaran a vender CBD como si fuera la panacea, comenzaron a abrir más canales de distribución sin ningún tipo de vigilancia médica que es lo realmente importante.
El proceso de regulación en México a partir del cambio de ley en 2017 permitió importar derivados de cannabis de la Unión Americana o de países que permiten su salida con el cannabinoide THC al 1%, el cual está catalogado como estupefaciente. Este cannabinoide está regulado por la Junta Internacional Federal de Estupefacientes (JIFE), organismo encargado de la fiscalización de drogas.
Epidiolex y Sativex pueden entrar a la Unión Europea, y también a México, bajo un sistema de importación, pero el costo de adquisición es muy alto; solamente en Alemania, Inglaterra e Italia se pueden adquirir de manera directa.
El precio de los medicamentos elaborados con cannabinoides es excesivo e incosteable para cualquier persona. “Para tratar a mi hijo que tiene espasticidad sería necesario importar dos frascos de Sativex, lo que representaría un gasto de 70 mil pesos mensuales, es decir totalmente inaccesible”, señaló Janeliy López.
Los médicos aún no se atreven a recetarla debido a los costos; a la falta de evidencia científica que avale sus beneficios; y a las cuestiones legales que implica su uso.
Puntualizó que hace tiempo mandó información al entonces titular de la Cofepris, Julio Sánchez y Tépoz sobre la necesidad del autocultivo con fines medicinales y autocultivo compasivo para pacientes mexicanos, “pero no fuimos escuchados”.
“En su momento se lo planté también al senador Miguel Ángel Mancera quien está muy interesado en el uso paliativo. Presenté la propuesta en la Cámara de Diputados, en donde la diputada Mariana Rodríguez Mier y Terán se interesó por el tema«. Igualmente, dijo, le envió información a la abogada de la Secretaría de Salud, Maricela Lecuona. “A ella le dije: oye, gracias por el reglamento pero esto va más allá, falta una parte que es la cobertura a los pacientes y sin ella no se puede avanzar, hay que ser más sensible”.
Semilla nacional de cannabis
Otro punto importante que hizo ver es sobre la importancia de contar con una semilla de cannabis nacional. Por el momento es necesario importar semillas certificadas y de calidad. En México no se entiende que para tener una semilla óptima, los países hicierion un reconocimiento de su propia biodiversidad.
“Nuestro país tendría que haber hecho lo mismo, pero la regulación internacional no lo permite, debería de contar con una semilla obtenida de la biodiversidad del suelo mexicano”, observó.
Para finalizar dijo que en México aún faltan muchos pasos para lograr una ley acorde a las necesidades del uso medicinal del cannabis; “no se va a hacer una legislación a modo, pero se pueden escuchar todas las voces, es una ley perfectible”[.]