Hace 5 años cambió el mundo y con él cambió la forma de trabajar. El fenómeno del COVID-19 terminó de impulsar el home-office. Después de la pandemia, trabajar desde casa fue una alternativa real para que muchas empresas se mantuvieran funcionando.
Si bien esta medida fue una estrategia que ayudó a contener la emergencia sanitaria, fue un tema debatido, ya que implicaba un cambio drástico en el estilo de vida de millones de personas. El sumar el home-office a las actividades cotidianas traería transformaciones sociales significativas.
Se pierde el balance entre vida social y trabajo
Incorporar la vida laboral en el hogar puede generar un impacto negativo en nuestras actividades personales pues se corre el riesgo de perder el balance entre la vida personal y el trabajo.
Desde aspectos psicológicos hasta físicos, las consecuencias del home-office son variadas y ninguna debe tomarse a la ligera. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE 2020), México tiene el índice más bajo en el balance entre vida personal y trabajo.
De 40 países analizados, México tiene una calificación de 1.1 en un rango de 0 a 10. El criterio que más impacta es la cantidad de horas que se trabaja en promedio.
Los mexicanos trabajan en promedio 2 mil 148 horas al año, es decir 41 horas semanales. En comparación con los países analizados, el promedio es de mil 734 horas, es decir 33 horas por semana.
Demasiadas horas de trabajo son perjudiciales para la salud
Fue a partir del confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19 que las empresas comenzaron a aumentar la brecha entre los tiempos laborales y los tiempos de vida social.
Forbes México nos menciona que, quienes trabajan en home-office, presentan síntomas de agotamiento, depresión, así como situaciones de violencia familiar y lesiones musculo-esqueléticas.
Por su parte, el investigador de la Universidad de Cornell y experto en ergonomía, Alan Hedge, menciona que existen varias maneras de evitar los problemas físicos asociados a la postura. La idea es evitar lesiones en la espalda, cuello, hombros, así como el síndrome del tubo carpiano o, incluso, una trombosis venosa.
Principales recomendaciones si trabajas en home-office
- Coloca tu pantalla a la altura de la cara para evitar tener la cabeza hacia abajo.
- Lee los documentos en forma vertical, ya sea en formato digital o físico, así evitarás mover la cabeza de arriba abajo.
- Utiliza el mouse y teclado a una altura adecuada para los antebrazos y manos, asegurándose que el brazo que usa el mouse está cerca del cuerpo para bajar la tensión entre el cuello y los hombros.
- No te encorves. Mantén siempre una buena postura en tu silla de trabajo, si lo crees necesario coloca una almohada pequeña en tu espalda baja para evitar inclinarte hacia adelante.
- Dar soporte a los pies es necesario para evitar una trombosis. Si tus pies cuelgan, busca la manera de descansarlos para que el flujo de sangre no se presione.
Finalmente, si tu trabajo es de home-office, es importante que consideres que debes mantener una disciplina en tus horarios laborales y personales. Busca tiempos para despejarte, es muy importante que tengas un lugar de trabajo que te permita estar lejos de distractores.
Piensa en el tiempo que ocupabas para transportarte a la oficina, intenta retomar esos tiempos para momentos recreativos con tu familia, pequeños espacios que te ayudarán a estar presente sin distraerte de tu horario laboral. Recuerda, el equilibrio es el camino hacia una vida saludable.