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Las mujeres asumimos la menstruación como algo muy íntimo, muy personal e incluso nos referimos a ella sin mencionarla por su nombre. Decimos “estoy en mis días”, “ya me bajó”, “tengo visita”; como si fuera algo que debe guardarse, esconderse, e incluso a veces se asume como vergonzoso. No tiene porqué ser así.
Si es personal, pero el sangrado de la menstruación también es muy natural y parte de nuestro papel reproductivo esencial para la humanidad. Y eso de que lo omitamos o guardemos como para que nadie se entere impide que socialmente se reconozca todo lo que implica y significa.
Es hora de quitar estigmas, silencios y, sobre todo, la poca atención en espacios donde pasamos gran parte de nuestro tiempo: el trabajo. Si nos ponemos a pensar cómo las molestias menstruales afectan nuestro día a día, y que muchas veces nos bajonean al grado de que no podemos ni movernos, eso tiene que verse como un factor que baja nuestra productividad y no es intencional. Pero hay un impacto innegable en la productividad de una empresa si la menstruación no se toma en cuenta.
Les cuento que Dalia Empower, un movimiento dedicado a cerrar la brecha de género a través del desarrollo personal y programas para el crecimiento empresarial, se unió a Plenna y a Essity —empresa líder global en higiene y salud— para presentar el informe «Menstruación y productividad laboral: el tabú que impacta el resultado del negocio».
Salud menstrual y la productividad laboral
Este estudio, realizado entre octubre y noviembre de 2024, encuestó a 2 mil 214 mujeres de entre 18 y 55 años y a 75 empresas de distintos sectores. Los resultados son claros y, francamente, alarmantes: la salud menstrual tiene un impacto directo en el bienestar de las mujeres y en la productividad laboral, pero sigue siendo un tema ignorado en la mayoría de los entornos laborales.
Se confirma que la mayoría de mujeres, 8 de cada 10 encuestadas, siente que su productividad disminuye debido a las molestias menstruales. No estamos hablando de algo menor; cólicos, fatiga, dolores de cabeza o cambios de humor son parte de la experiencia de muchas durante esos días del mes.
Y aunque el cuerpo nos pide un respiro, el 45% de las mujeres se ve obligada a ausentarse del trabajo por horas o incluso días enteros. Sin embargo, el dato que más me llamó la atención es que en empresas donde existen políticas específicas sobre la menstruación, las trabajadoras faltan, en promedio, un turno menos (ocho horas) que en lugares donde este tema ni siquiera está en la conversación. ¿No les parece que esto dice mucho?
Las empresas y sus políticas en salud menstrual
Lamentablemente, no es algo que las empresas consideren. Solo un mínimo 5% de las empresas en México tiene políticas diseñadas para atender la salud menstrual. Esto significa que 95% -casi todas- de los empleados operan como si la menstruación no existiera, como si no fuera un factor que afecta a la mitad de su fuerza laboral.
Y aquí viene otro dato que no podemos pasar por alto: en México, las mujeres representamos 40% de las personas empleadas, es decir, más de 24 millones de nosotras estamos activas en el mercado laboral. Todas, en algún momento de nuestras vidas, enfrentamos cambios hormonales que son parte natural de nuestro cuerpo. No sigamos actuando como si esto no impactara
Palmira Camargo, vicepresidenta de Comunicación Corporativa CGA de Essity, lo resume perfectamente: “Queremos que este estudio ponga de relieve la importancia de garantizar el acceso a productos de salud menstrual seguros y asequibles para todas las mujeres y personas menstruantes. También buscamos normalizar y desestigmatizar la menstruación, ofreciendo educación inclusiva y precisa sobre cómo gestionarla en las empresas”.
Y tiene toda la razón. No se trata solo de hablar del tema, sino de actuar: desde proveer productos de higiene menstrual hasta implementar políticas que nos permitan trabajar sin sentir que nuestro cuerpo es un obstáculo.
El informe también revela que el 75% de las mujeres que han intentado tomar una licencia menstrual han enfrentado dificultades para hacerlo. Esto no solo refleja la falta de apoyo, sino también cómo la brecha de género en las empresas termina afectando la productividad y, por ende, la economía del país. Pero no todo es desalentador. Hay empresas, una de ellas es Essity -que tiene conciencia pues entre sus productos que vende están las toallas de higiene femenina-, que están marcando la diferencia.
Según el estudio, son un 11% de empresas las que implementan políticas de equidad de género, incluyendo horarios flexibles, trabajo desde casa, acceso gratuito a productos menstruales en el lugar de trabajo, educación sobre menopausia y hasta una sala de descanso menstrual.
Además, apoyan a sus colaboradoras en etapas como la maternidad, la paternidad, tratamientos de fertilidad o los síntomas premenstruales. Qué formidable sería que todas las personas -hombres y mujeres- se sientan seguras, cómodas y respaldadas en su espacio de trabajo, y ese es un gran objetivo inspirador que como sociedad deberíamos tener.
Implementar este tipo de medidas no solo beneficia a las mujeres, sino que fortalece la cultura organizacional, reduce el ausentismo y, sí, mejora la productividad y a nuestra economía. Es un ganar-ganar que muchas empresas aún no ven.
Con el estudio reportado, Dalia Empower, Plenna y Essity invitan a las compañías y entidades públicas a reflexionar sobre esto y a considerar acciones concretas: licencias menstruales, horarios flexibles, acceso a productos de gestión menstrual en los lugares de trabajo. Pequeños cambios que pueden transformar vidas y construir sociedades más inclusivas.
Hablemos de salud menstrual
La menstruación no es un tema secundario ni un “problema de mujeres”. Es una realidad que nos atraviesa y que merece ser visibilizada, especialmente en un mundo donde el papel femenino es clave para el progreso. Te invito a conocer más sobre este informe en este enlace https://strapi.daliaempower.com/uploads/Informe_menstruacion_y_productividad_0964675fe5.pdf y a sumarte a la conversación. Porque cuando hablamos de salud menstrual, no solo hablamos de nosotras, sino del futuro de nuestras empresas, nuestras comunidades y nuestro país.
Conozcamos y comentémoslo. Rompamos el tabú: ese sangrado mensual que nos sucede cada mes a las mujeres que poblamos la mitad del planeta, debemos transitarlo en un entorno laboral más humano y equitativo.
Este nuevo espacio que publicaré cada viernes aquí en Plenilunia, mi casa, es con la idea de exponer causas valiosas, en principio de salud pública, y en general de valiosas iniciativas de impulso a una humanidad más justa y equitativa donde aún hay mucho por sembrar.