El balance entre vida y trabajo se puede alcanzar si empresas y colaboradores trabajan en conjunto para lograrlo, empezar a adoptar hábitos en que generen bienestar personal y grupal, es la pieza clave para mejorar los índices de satisfacción personal y productividad en nuestro país. Es parte de una nueva cultura organizacional.
Encontrar el equilibrio trabajo y la vida personal (familiar y social) se ha convertido en un reto para los mexicanos. La última encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) “Índice para una Vida Mejor”, evaluó la calidad de vida en 3 aspectos:- balance vida-trabajo,
- satisfacción de vida
- y esperanza de vida.
México obtuvo el puesto 37 de 38 en balance vida-trabajo, lo que quiere decir que, frente a países bajos que ocupan el primer lugar, aún hay mucho camino por recorrer.
Algunas empresas han adoptado estilos de oficina en casa (home office) para ofrecer a sus colaboradores un sistema que les permita sentirse más satisfechos y responsables con su labor, sin embargo hoy en día aún hay muchas organizaciones que continúan siendo muy demandantes, con horarios inflexibles y jornadas laborales largas, lo que provoca estrés en las personas y por consecuencia, problemas de salud y problemas sociales, ya que entre más tiempo trabajen, menos tiempo dedican a su cuidado emocional, actividades recreativas, familia o pareja.
De acuerdo con las cifras de la OCDE, los mexicanos en balance vida-trabajo obtuvimos la calificación 0.8 de 10, por diversos factores como son:
- empleo y remuneración,
- estado de la salud,
- calidad medioambiental,
- vivienda,
- ingresos y patrimonio,
- sentido de comunidad,
- seguridad personal,
- y educación y competencias.
María Hernando, experta en bienestar y directora ejecutiva de Núad SPAmóvil menciona que “las empresas deben preocuparse por generar prácticas laborales solidarias y flexibles, que faciliten a sus colaboradores lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Si la mentalidad de las cabezas directivas no cambia, no se podrá permear al interior en mandos medios y personal ejecutivo”.
Hernando nos habla desde su experiencia con las empresas que han implementado sus programas de bienestar pues “incrementan los niveles de productividad y satisfacción en las personas con estrategias como horarios flexibles o home office para aquellos que viven muy lejos de trabajo, programas de control de estrés, pausas activas laborales, clases de yoga o meditación, ya que el cansancio crónico puede aumentar los niveles de estrés dando paso a problemas de salud como ansiedad, alteraciones del sueño, depresión clínica y hasta problemas cardiovasculares, además de incrementarse la posibilidad de accidentes en el trabajo”.
La cantidad y la calidad del tiempo que se dedica a actividades recreativas son importantes para el bienestar general de las personas porque da el espacio al cuerpo y a la mente de repararse, de regenerarse al activar el sistema nervioso parasimpático, después de un periodo de estrés y tensión que mantiene al organismo en estado de alerta. Esto genera beneficios adicionales para la salud física y mental. La encuesta de la OCDE menciona también que el mexicano promedio trabaja más de 50 horas semanales, por lo que a otras actividades dedica solamente alrededor de 13 horas, promoviendo de esta forma la insatisfacción personal.
“Preocuparnos por la salud y el bienestar de los colaboradores ha demostrado que ayuda a incrementar su productividad, refuerza su compromiso, mejora el ambiente laboral y reduce el estrés personal y grupal. Además, disminuye el ausentismo y promueve el sentido de orgullo y pertenencia entre los trabajadores”, finaliza Hernando[.]