Reconocer la soledad como un problema de salud entre los adultos enfatiza la necesidad de comprender los factores asociados con la soledad.
[/media-credit] Los factores asociados con la soledad varían según los diferentes grupos de edad y, por lo tanto, los encargados de formular políticas y los desarrolladores de intervención deben tener en cuenta estos factores en los esfuerzos por reducir la soledad entre los adultos.
La soledad en la vida adulta se experimenta de manera diferente de acuerdo a la edad del individuo, según el estudio «Age differences in demographic, social and health-related factors associated with loneliness across the adult life span (19–65 years): a cross-sectional study in the Netherlands» [1] (Diferencias de edad en factores demográficos, sociales relacionados con la salud asociados con la soledad a lo largo de la vida adulta (19 a 65 años): un estudio transversal en los Países Bajos) publicado en la revista de acceso abierto BMC Public Health. La investigación concluye que no puede haber un enfoque único para reducir la soledad, ya que los factores asociados como el contacto con amigos y familiares, la salud percibida o el empleo, pueden diferir en cada una de las etapas de la vida adulta.
«Hasta ahora, la mayoría de los estudios centrados en la soledad se han realizado en grupos de edad específicos, como los ancianos o adolescentes, o personas con condiciones de salud específicas. Hasta donde sabemos, ninguno de ellos estudió los factores asociado con la soledad entre los adultos y cómo estos cambian a medida que las personas envejecen«, comenta Thanée Franssen, autora para correspondencia del estudio.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Maastricht y del Servicio de Salud Pública de South-Limburg en los Países Bajos utilizó datos recopilados en los Países Bajos de septiembre a diciembre de 2016 para estudiar las asociaciones entre los factores demográficos, sociales y salud con la soledad en:
- 6.143 jóvenes (19- 34 años)
- 8.418 adultos de mediana edad temprana (35-49 años)
- 11.758 adultos de mediana edad tardía (50-65 años)
En general, 10.309 (44,3%) personas informaron experimentar soledad. Entre los adultos jóvenes, 2,042 (39.7%) informaron sentimientos de soledad, en comparación con 3,108 (43.3%) adultos de mediana edad temprana y 5,159 adultos de mediana edad tardía (48.2%).
Se encontró que algunos factores están relacionados con la soledad en todos los grupos de edad. Estos incluyen:
- vivir solo
- frecuencia de contacto con el vecino
- angustia psicológica
- bienestar psicológico y emocional
La asociación más fuerte con la soledad se encontró para quienes que se sentían excluidos de la sociedad.
También se encontró que algunos factores asociados con la soledad estaban presentes solo en ciertos grupos de edad.
- Los adultos jóvenes mostraron una relación más intensa entre la frecuencia de contacto con amigos y la soledad.
- El nivel educativo se asoció con la soledad solo entre los adultos jóvenes.
- Se encontró únicamente entre los adultos de mediana edad temprana una asociación entre la situación laboral y la soledad.
- La frecuencia del contacto familiar se asoció con la soledad solo entre los adultos de mediana edad temprana y tardía.
- Solo para los adultos de mediana edad tardía, la salud percibida se asoció con la soledad.
Los autores sugieren que las personas pueden sentirse solas si algo que es la norma para su grupo de edad se desvía de su situación real, como por ejemplo: terminar la escuela, trabajar, tener una pareja o tener hijos. Los diferentes factores que se perciben como la norma para diferentes grupos de edad, puede explicar algunas de las diferencias en los factores asociados con la soledad entre los diferentes grupos de edad.
Thanée Franssen explica que «la identificación de los factores asociados con la soledad es necesaria para poder desarrollar y orientar las intervenciones adecuadas. Desafortunadamente, la mayoría de las intervenciones actuales parecen tener un efecto limitado. Una posible razón para esto puede ser que la mayoría de las intervenciones para los adultos son universales. Los resultados de este estudio mostraron que las intervenciones deben desarrollarse para grupos de edad específicos«.
Los autores advierten que algunos factores que pueden afectar la percepción de la soledad de las personas, como la calidad de la relación, que no se incluyeron en este estudio, ya que no formaban parte de la recopilación de datos original. Debido a la naturaleza transversal del estudio, no fue posible establecer causa y efecto.
«Nuestros resultados también sugieren que durante la actual pandemia de COVID-19, los sentimientos de soledad entre los adultos pueden verse afectados de diferentes maneras de acuerdo a importantes factores de la etapa de vida. Por ejemplo, los adultos jóvenes no pueden interactuar con sus amigos o compañeros de clase ya que no están en forma presencial. Es posible que esto deba tenerse en cuenta al considerar el impacto en la soledad de la pandemia actual«, afirma Thanée Franssen[.]
