La fibrilación auricular es la arritmia más frecuente. Impacta de manera importante la salud de quien la padece, pues de no ser tratada adecuadamente puede generar consecuencias fuertes, como una embolia.
Incidencia
• Se sabe que aproximadamente un millón de personas en nuestro país la padece.
• Es más frecuente en hombres, aunque después de la menopausia el riesgo en las mujeres aumenta.
• Se puede presentar a todas las edades pero es más recurrente entre los 50 y 60 años. Entre un 20 y 30 por ciento de los pacientes tienen más de 70 años.
• Los niños con alteraciones congénitas en el en el corazón deben ser monitoreados constantemente porque pueden desarrollar esta enfermedad.
Causas
“Son muchas las razones por las que se puede desarrollar. Puede haber trastornos a nivel de las válvulas, infartos al miocardio, pero lo más común es que se de por enfermedades como hipertensión o diabetes mellitus, que son padecimientos muy frecuentes en la población mexicana” explica el Dr. Enrique Martínez, cardiólogo electrofisiólogo, adscrito al Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Síntomas y detección
“Desafortunadamente es una enfermedad que puede pasar inadvertida”. Algunos algunos síntomas iniciales son:
• Desgano y fatiga,
• Falta de aire.
En etapas más avanzadas:
• Sensación de irregularidad en los latidos,
• Dolor en el pecho,
• Desmayos.
“Se detecta a través de un electrocardiograma. Cualquier médico general puede encontrarla. Cuando se realiza el diagnóstico se comienza con un tratamiento preventivo, para evitar coágulos y para regresar al paciente a su ritmo normal, en el mejor de los escenarios” comenta.
Tratamiento
Se utilizan dos estrategias: una para controlar la frecuencia y otra para el control del ritmo cardiaco. Se busca regresar al paciente al ritmo normal. “Antes los medicamentos resultaban muy tóxicos, pero hoy en día ya hay un nuevo fármaco que no involucra tantos riesgos, que ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente, y a evitar consecuencias fatales” puntualiza.
Prevención
Llevar un estilo de vida saludable, con bajo consumo de grasas de origen animal y sales, realizar ejercicio, mantener un peso adecuado, es crucial para la prevención y tratamiento de la enfermedad.
“No se puede esperar la misma efectividad y mejoría en un paciente que se toma el medicamento pero que sigue teniendo hábitos dañinos.”
“Un susto o ejercicio exagerados pueden ser detonadores, no causa porque ya debe haber una predisposición, pero sí pueden provocar una descompensación en una persona que ya tiene tendencia” agrega.
Es importante tener en cuenta la existencia de este padecimiento tan frecuente. Todos conocemos a alguien con alguna enfermedad crónica como diabetes, y ellos están en riesgo. Debemos promover un estilo de vida saludable, y el diagnóstico oportuno. Ante cualquier sensación extraña en el latido del corazón, debemos visitar a nuestro médico.