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Cuidar la salud vaginal no es solo cuestión de higiene o estética: es un elemento fundamental del bienestar integral de la mujer, con impacto directo en su salud emocional, educación reproductiva y productividad laboral.
Las infecciones vaginales representan una de las principales causas de consulta ginecológica a nivel global, entre el 7 y 12 % de las visitas en salud femenina, y hasta seis veces más frecuentes que las infecciones urinarias. En México, el sistema público de salud atiende alrededor de 500 mil consultas al año por infecciones de transmisión sexual e infecciones vaginales.

El Dr. Zigor Campos, ginecólogo, subdirector médico de turno en la UMAE 4 del IMSS, explicó que las infecciones vaginales van mucho más allá de una molestia ocasional: pueden afectar el bienestar físico, emocional y hasta la vida laboral de las mujeres. Además de representar un gasto constante en atención médica, estas afecciones impactan directamente en la calidad de vida. Por eso, señaló, es clave hablar de prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado para cuidar la salud integral de quienes las padecen.
De acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (2023), las infecciones vaginales recurrentes no solo afectan físicamente a las mujeres: el 47% reporta que estas condiciones impactan directamente en su autoestima y bienestar emocional, y el 35% ha tenido que faltar al trabajo a causa de ellas.
¿Por qué se repiten estas infecciones?
Todo comienza en el microbioma vaginal: una comunidad de bacterias buenas —en especial los Lactobacillus— que ayudan a mantener un pH ácido y proteger la zona íntima. Pero cuando este equilibrio se rompe (por uso de antibióticos, cambios hormonales o higiene inadecuada), es más fácil que aparezcan infecciones como vaginosis bacteriana (la más común), candidiasis o tricomoniasis, explicó el Dr. Zigor Campos.
Mantener ese equilibrio natural es clave. Cuidar el microbioma no solo previene infecciones, también protege tu salud reproductiva y mejora tu calidad de vida, dijo.
El microbioma vaginal: tu primera línea de defensa
Estos desequilibrios están relacionados con riesgos reproductivos, incluida infertilidad o complicaciones en embarazos.

La salud íntima femenina: lo que cambia en cada etapa de la vida
El especialista detalló que el cuerpo femenino atraviesa transformaciones importantes a lo largo de la vida, y con ello, la salud íntima también cambia. Explicó que desde la infancia hasta la menopausia, el equilibrio del microbioma vaginal —un conjunto de bacterias benéficas que protegen esta zona— puede alterarse por distintos factores como los cambios hormonales, la higiene, el tipo de ropa y la alimentación:
Infancia: En esta etapa, el pH vaginal tiende a ser neutro o alcalino y aún no se desarrollan por completo las barreras naturales de protección. Por eso, prácticas como el uso de jabones perfumados, ropa sintética o una higiene inadecuada pueden romper ese frágil equilibrio. Es fundamental enseñar buenos hábitos desde pequeños para evitar infecciones o molestias futuras.
Adolescencia: Con la pubertad llega la revolución hormonal y con ella, una transformación del microbioma. Esta etapa requiere educación clara sobre salud íntima, uso de productos neutros, revisiones médicas y prácticas sexuales seguras. La prevención empieza con la información adecuada.
Edad reproductiva: Aquí el microbioma vaginal alcanza mayor estabilidad gracias a los Lactobacillus, bacterias clave para la fertilidad y la defensa contra infecciones. Cuando este equilibrio se rompe, pueden aparecer infecciones comunes como la vaginosis bacteriana o la candidiasis, que si no se atienden, incluso podrían dificultar el embarazo. La detección temprana y el cuidado continuo son clave para la salud reproductiva.
Durante el embarazo: Los cambios fisiológicos hacen que la zona íntima sea más vulnerable. Un ecosistema vaginal alterado puede asociarse con complicaciones como parto prematuro o bajo peso del bebé al nacer. Por eso, el seguimiento médico en esta etapa es crucial para garantizar un embarazo saludable.
Menopausia: Al disminuir los niveles de estrógenos, el pH se vuelve más alcalino, se pierde la flora protectora y aparecen síntomas como resequedad e incomodidad. En esta etapa, el uso de hidratantes, probióticos específicos y tratamientos locales pueden mejorar notablemente la calidad de vida.

Prevención y cuidado desde adentro
Una salud vaginal integral involucra aspectos nutricionales, emocionales y médicos. La suplementación adecuada, ejercicio moderado, una dieta equilibrada y el embarazo consciente pueden fortalecer el equilibrio vaginal y emocional.
El Dr. Campos señaló que diversos estudios respaldan el papel de una nutrición adecuada en la salud femenina, especialmente cuando incluye la combinación de vitaminas y probióticos. Esta estrategia puede reducir hasta en un 32% la recurrencia de infecciones vaginales, al favorecer un microbioma equilibrado.
Desde etapas tempranas como la infancia, pasando por la adolescencia, la edad reproductiva, el embarazo y hasta la menopausia, una alimentación complementada con los micronutrientes adecuados puede fortalecer el sistema inmune, mejorar la salud íntima y contribuir a una mejor calidad de vida a lo largo de los años, concluyó.