Si el año pasado no lograste cumplir tus propósitos tal vez fue porque algo falló en el proceso. Es momento de evaluarlo y darte cuenta por qué no los llevaste a cabo y qué fue lo que sucedió.
Todos esperamos con ansias el inicio del 2013. Y es que la llegada de un año nuevo provoca mucha expectativa y emoción en miles de personas alrededor del mundo.
Nos sentimos ilusionados de empezar un nuevo ciclo que nos brinda una oportunidad de cambio, de renovación y de esperanza en nuestras vidas. Como bien dice el dicho “año nuevo, vida nueva”. Y para darle la bienvenida a esta “vida nueva”, solemos fijar un montón de propósitos y deseos que esperamos cumplir a lo largo del año. Por ejemplo, “Este año sí haré ejercicio todos los días, voy a ahorrar, a hacer dieta, a leer un libro al mes; ahora sí dejaré de fumar…”.
Pero seamos realistas; siempre empezamos muy motivados y algo sucede en el camino que, en cuestión de días, nos hace dejar de lado nuestras intenciones y olvidamos lo que, con tanta emoción, nos propusimos. Entonces, ¿Qué hicimos mal?, ¿Qué nos faltó hacer?
Si el año pasado no lograste cumplir tus propósitos tal vez fue porque algo falló en el proceso. Es momento de evaluarlo y darte cuenta por qué no los llevaste a cabo y qué fue lo que sucedió, para que, de esta manera, puedas alcanzar con éxito tus propósitos para el 2013.
Para ello, adjunto una serie de consejos que pueden ayudarte a lograrlo:
1. Asegúrate de que tu propósito sea algo que realmente quieras
hacer o cambiar por ti mismo. Tómate tu tiempo para pensar en qué es lo que realmente deseas y siempre sé sincera contigo misma. Recuerda que la motivación más importante es la interna. Piensa por qué lo quieres hacer y ten una razón que te motive a lograrlo.
2. No te pongas más propósitos de los que puedas cumplir. Más vale llevar a cabo uno bien, que dejar varios a medias.
3. Sé realista en tus propósitos. Si, por ejemplo, quieres empezar a hacer ejercicio, no pretendas correr un maratón en un día; comienza a caminar 20 minutos diarios.
4. Define cada objetivo claramente. Para lograr un objetivo éste debe de ser:
– específico: qué, cuándo, dónde, cómo
– realista o alcanzable
– factible: acepta tus limitaciones, lo que puedes hacer y lo que no
– medible y cuantificable: que puedas ir observando los resultados
– con límites: ponerte fechas establecidas
5. Comienza con metas a corto plazo. Fija un tiempo definido para tu propósito, te será más sencillo ser persistente.
6. Crea hábitos. Es una realidad que los seres humanos funcionamos por medio de hábitos, por lo que dale estructura a tu propósito, crea el hábito en ti y vuélvelo parte de tu vida diaria.
7. Habla sobre tus metas, escríbelas y compártelas. Es importante que te sientas apoyada y motivada en el proceso. Puedes buscar amigos o personas que estén en el mismo canal que tú; de esta manera, te sentirás identificada y más fuerte para no abandonar tu objetivo.
8. No te des por vencida. Si por alguna razón dejas de cumplir tu propósito, no lo abandones; continúa con él y no te des por vencida. Por ejemplo, si tu objetivo es comer sanamente entre semana, y un día “te saliste” de la dieta; no lo dejes, sigue tu rutina y no te desmotives. Recuerda que hay que ser exigentes pero no demasiado duros con nosotros mismos.
9. Premia tus logros y éxitos. También es importante consentirse, quererse y poder tener recompensas por todo el trabajo realizado.
Finalmente, durante el proceso, no olvides lo que deseas alcanzar y lucha por ello. Si es algo que realmente quieres, valdrá la pena el esfuerzo.