La dermatitis atópica es una de las dermatosis más frecuentes y difíciles de controlar, afectando la calidad de vida de los pacientes infantiles, adultos y sus cuidadores.
Los pacientes que enfrentan este padecimiento experimentan picazón extrema que causa lesiones e infecciones cutáneas y posibles hospitalizaciones.
De acuerdo con el estudio Dermatología Médica Aumento del conocimiento y acceso a la atención en América Latina: Casos de estudio en dermatitis atópica y alopecia areata, desarrollado por el Institute for Human Data Science (IQVIA) y Pfizer; en México, los pacientes con dermatitis atópica enfrentan múltiples barreras para un correcto diagnóstico y tratamiento.
El principal problema es que las enfermedades de la piel son consideradas como asunto “cosmético” por la sociedad, los médicos y las instituciones, creando una percepción de que las enfermedades de la piel no se traducen en riesgos médicos significativos.
“Tratar de forma cosmética un padecimiento como la dermatitis atópica implica perder tiempo valioso de atención y puede traer complicaciones. Al ser un padecimiento que puede persistir desde la infancia hasta la edad adulta, mientras más rápido exista un diagnóstico, más sencillo será crear hábitos alrededor de su cuidado”, señala la Dra. Karina Santana, Gerente Médico del portafolio de Inflamación e Inmunología de Pfizer.
En México 21% de los pacientes han consultado a más de dos médicos para tratar el padecimiento y el 17% de la población con dermatitis atópica ha sido hospitalizada al menos una vez debido a los síntomas de la condición , por lo que es de suma importancia tratarlo como algo serio.
De acuerdo con el estudio, es común que los pacientes reciban diferentes recomendaciones de tratamientos, que incluyen anuncios de productos milagrosos en las calles, recomendaciones de remedios naturales de familiares o el consejo de un empleado de la farmacia, con bajo conocimiento de enfermedades de la piel.
Estas recomendaciones pueden conducir a la automedicación de los pacientes, a una percepción de baja eficacia de los tratamientos cutáneos y una minimización de la relevancia de un diagnóstico correcto y el tratamiento posterior por un especialista.
Existe la necesidad de actualizar las guías de tratamiento, aumentar las oportunidades educativas para los médicos y darle mayor visibilidad a la enfermedad con la sociedad y las instituciones, así como mejorar el acceso a los tratamientos correctos para los pacientes con dermatitis atópica, de acuerdo con el estudio de IQVIA.
“Hay algo más profundo de lo que ve en el espejo un paciente con un padecimiento como dermatitis atópica, la solución es mucho más profunda y la posibilidad de controlarlo está en el consultorio del especialista”, concluye la doctora Santana.
Síntomas
De acuerdo con Mayo Clinic los signos y síntomas de la dermatitis atópica (eccema) varían ampliamente de una persona a otra y comprenden los siguientes:
- Piel seca;
- Picazón, que puede ser grave, especialmente durante la noche;
- Manchas de color rojo a marrón grisáceo, especialmente en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, la parte superior del pecho, los párpados, la parte interna de los codos y las rodillas, y, en el caso de los bebés, el rostro y el cuero cabelludo;
- Pequeñas protuberancias que pueden supurar líquido y formar costras si se las rasca;
- Piel engrosada, agrietada y escamosa y,
- Piel en carne viva, sensible e inflamada por rascarse.
Por lo general, la dermatitis atópica comienza antes de los 5 años y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. Algunas personas presentan exacerbaciones periódicas que luego desaparecen por un tiempo, incluso por varios años.