Es muy notorio el incremento del acné en mujeres que ya pasaron su adolescencia. Especialistas lo atribuyen al estrés, a las hormonas y a productos cosméticos.
El acné es una afección de la piel predominantemente en adolescentes, sin embargo, mujeres entre los 20 y 50 años de edad lo presenta cada vez con mayor frecuencia. La Academia Americana de Dermatología estima que este problema lleva a consulta con el dermatólogo al 30 % de los afectados.
En nuestro país, el acné aqueja hasta el 50% de los jóvenes que se encuentran en edades de los 11 hasta los 22 años de edad. Se tiene comprobado que el 70% de las personas que lo desarrollan también presentan trastornos psicológicos asociados, que pueden ser ansiedad, depresión e incluso aislamiento.
Aunque se sabe que no existe una cura exclusiva, el dermatólogo es quien debe tratarlo para dar su mejor recomendación, ya que hoy en día se publicitan diversos productos milagro que, lejos de solucionar este padecimiento, lo empeoran.
Se trata de minimizar la afectación, controlarla y evitar futuros brotes. Por ejemplo, en el caso de mujeres que pasan de la adolescencia, se llegan a utilizar terapias hormonales para tratar el acné con seguridad y eficacia. Lo cierto es que sólo cuando es un acné muy severo es que se acude con el médico. Las estadísticas demuestran que dos de cada 10 personas acuden con el especialista para una evaluación.
Las mujeres en la edad adulta pueden tener acné por diversas razones como:
–Hormonas fluctuantes. El acné está relacionado con los vaivenes hormonales de la pubertad, por lo que con cualquier variación puede surgir. Muchas mujeres están familiarizadas con el acné en la adolescencia, aunque también pueden presentarlos durante el embarazo y la menopausia.
–Eliminación de píldoras anticonceptivas: algunas mujeres presentan acné cuando detienen el consumo de píldoras anticonceptivas, éstas, puede ser que lo tengan bajo control. Incluso algunas que contienen estrógeno y progesterona, pero cuando sólo es esta última puede complicarse.
–Algunos medicamentos pueden fomentarlo como los anticonvulsivos o corticoesteroides, entre otros fármacos. Consulta con tu médico si estás con un tratamiento farmacológico. Nunca dejes de tomar tus medicamentos.
–Antecedentes familiares: se encontró en un estudio que el 50% de los adultos con acné tenían familiares en primer grado con este problema, lo que sugiera que algunas personas pueden tener predisposición genética.
–Estrés: los estudios indican que el estrés puede desencadenar acné en las mujeres. Las investigaciones encontraron una relación entre el aumento del estrés y los altos porcentajes de acné. En respuesta al acné, el cuerpo produce más andrógenos (un tipo de hormona). Estas hormonas estimulan las glándulas sebáceas en los folículos del bello de la piel.
–Productos para el cabello y piel: algunos productos como filtros solares grasos y grasas de pelo, promueven un tipo de acné llamado acné cosmético. Cuando adquieras estos productos, prefiere los “no comedogénicos”. Esto significa que son menos susceptibles de causar acné.
El acné se produce cuando las glándulas sebáceas de la piel están sobre-estimuladas para producir las células de sebo. Estas células pegajosas bloquean los folículos del pelo de la piel, atrapando el sebo. Cuando los folículos se tapan, hace que las bacterias se multipliquen, lo que provoca la inflamación, enrojecimiento y granos (pústulas).
Es por ello que es importante que las personas acudan a una valoración médica especializada, pues el 25% de las personas que presentan acné necesitan tratamiento médico especializado.
Con información de: ZO Skin Health
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