Todos los días usamos un sinfín de productos para humectar o limpiar nuestro cabello, rostro, ojos y, en general, cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, ¿cómo sabemos realmente si todo lo que utilizamos es algo que nuestra piel necesita? Y más aún: ¿son seguros y los aplicamos de forma correcta?
A veces, estos posibles errores pueden darse por el desconocimiento que tenemos respecto al tipo de cuidado que cada parte de nuestro cuerpo necesita.
Un ejemplo muy recurrente es que probablemente estés usando el mismo producto para limpiar tu cuerpo y tu zona íntima, cuando no debería ser así. Y la razón para no hacerlo es por algo que se conoce como pH.
Qué es el pH
El pH, técnicamente hablando, es la concentración de hidrógeno que se encuentra en una solución; según la cantidad de hidrógeno que haya en ella, se determinará el nivel de acidez o alcalinidad de una sustancia.
Pensemos en una escala que va del 0 al 14, donde el 0 será el máximo nivel de acidez, mientras que el 14 lo será de alcalinidad o base y el 7 será el término neutro.
El jugo del limón, por ejemplo, estará más cerca del 0, ya que es más ácido, mientras que los jabones corporales, en general, tendrán un nivel superior a 7.
Esta escala aplica para cualquier sustancia. Por lo tanto, el jabón que usamos para lavar nuestro rostro no es precisamente el adecuado para lavar nuestra zona íntima porque el pH de uno no es igual al pH del otro.
¿Cuál es el pH de la vagina?
La Dra. Alejandra Contreras, ginecóloga de Saba® ️comenta que “no podemos decir que existe sólo un pH vaginal porque este varía según las etapas de vida de una persona con vagina: durante el embarazo, la menstruación y debido también a ciertos padecimientos como infecciones vaginales. Es justo esta variación lo que hace al pH vaginal tan importante”.
De acuerdo con la especialista, durante la infancia, se sitúa más cerca del nivel 6 o 7, lo que lo hace más neutro, mientras que en la etapa reproductiva suele estar entre el 3.5 o 4.5, o sea, es un poco más ácido.
El porqué de esta variación se debe a que la acidez, producida por el ácido láctico, propicia que el ambiente dentro de la vagina sea adecuado para albergar bacterias benéficas que la protejan de cualquier tipo de infección.
¿Qué producto tengo que usar para limpiarla?
Si cada sustancia posee un pH diferente, la sangre tiene el suyo propio también. Regularmente se encuentra entre 7 y 7.5, por lo que es más alcalino que el pH vaginal, esto provoca que durante la menstruación el nivel de acidez de la vagina se modifique y se vuelva un poco más neutro, lo que puede aumentar las posibilidades de sufrir una infección vaginal durante este periodo.
“La piel de la zona V es la más sensible de nuestro cuerpo y el jabón convencional puede irritar y alterar su pH”, apunta la ginecóloga. “Por ello, se recomienda mantener la higiene con jabones cuyo nivel de acidez ayude a balancear nuestro pH vaginal”, señaló.
Productos como los jabones íntimos de Saba®️ V-Natural tienen un pH de entre 3.5 a 4.5, ideales para cuidar de nuestra zona íntima y evitar los malos olores o el desarrollo de infecciones, que son más comunes entre más se acerca el pH 14, o sea, es más alcalino.
Esta línea de jabones íntimos de uso diario contiene agua, una mezcla de ingredientes funcionales reconocidos por sus beneficios de limpieza y hidratación para la piel y otra gama de ingredientes que incluyen estabilizadores, conservantes, ajuste de pH y aroma que son suaves con la piel, no irritan y brindan la sensación de limpieza y frescura durante todo el día.
Además de esto, la especialista menciona que, entre otras recomendaciones que podemos seguir para regular nuestro pH es el mantener una alimentación sana y balanceada, utilizar ropa que permita transpirar correctamente a nuestra piel y no utilizar jabones neutros para la higiene íntima. Para complementar estos cuida