Cuando de hacer cuentas se trata, prácticamente todos le sacamos la vuelta, pero sobre todo si se trata de un tema tan complicado como dejar de fumar.
Lo más importante, antes de considerar los costos de ponerle freno a esta adicción, es darte cuenta cuánto te cuesta fumar. “El estimado considerando a un fumador activo, es decir que consume a diario, es que gasta 400 pesos mensuales. Obviamente la cantidad varía dependiendo de la cantidad y hasta de la marca de cigarros que fuma, pero según la última Encuesta Nacional de Adicciones, esa es la suma”, comenta Maestra Violeta Félix Romero, del Centro de Prevención en Adicciones Dr. Héctor Ayala Velázquez de la UNAM.
“Además habría que tomar en cuenta también si se consume un cigarro suelto o la cajetilla; hasta en esas sutilezas nos tenemos que fijar. De hecho, no está permitida la venta de cigarros sueltos, pues los hace más accesibles a menores de edad”.
¿Cuánto cuesta ponerle freno a esta adicción?
Dependiendo del tratamiento a seguir, farmacológico o psicológico, o una combinación de ambos, es el costo que implicará.
“El costo del tratamiento farmacológico es equiparable con lo que la persona gasta en el consumo, está entre 400 y 500 pesos al mes. En cuanto a la parte psicológica varía mucho dependiendo del lugar al que se acuda. Aquí recibimos cuotas que van de 50 a 200 pesos por sesión que se lleva a cabo una vez por semana, durante 6 semanas. En realidad la cuota se establece de acuerdo al estudio socioeconómico que se lleva a cabo; a algunas personas se les condona el pago.
También existen otros centros de atención que se anuncian mucho, los Centros Nueva Vida de la Comisión Nacional contra las Adicciones que se encuentran en zonas estratégicas de todo el país y que son gratuitos”, agrega la Maestra Félix.
Es sumamente complicado calcular los costos que genera al sector salud la adicción al cigarro, ya que se tendría que medir todo el conjunto de posibles enfermedades que puede generar, tales como cánceres, enfermedades cardiovasculares, enfisema, entre otras.
Como se ve, vale la pena ponerle freno a la adicción, no sólo por el alto costo monetario, también por el costo que tiene a la salud de quien lo consume y de quienes le rodean.