La educación sexual es el proceso integral de conocimientos, actitudes y prácticas relacionados con la sexualidad, dirigido a niñas y niños. Incluye tanto temas específicos, como trabajo con ideas, sensaciones y sentimientos.
Es importante diferenciar la educación sexual informal, de la formal. La primera es la que todas y todos practicamos y recibimos: consiste en la comunicación conciente e inconciente, verbal y no verbal de ideas, juicios, opiniones, normas y valores, generalmente impuestos, sobre diversos temas sexuales. Este tipo de comunicación informal habitualmente está investido de ideas erróneas y prejuicios, pues no está basado en la ciencia, sino más bien en falsos mitos (también hay verdaderos) y muchas confusiones. Incluye tanto omisiones como represiones.
En contraste, si se trata de un proceso educativo formal, sus contenidos serán científicos y habrá de incluir planes y programas de estudio, diseño de actividades docentes y empleo de material didáctico específico. Se requiere, además, de un sistema de evaluación que permita conocer los avances logrados, a partir del cumplimiento de los objetivos planteados. En el caso particular de las habilidades, es deseable desarrollar la devolución de procedimientos; por ejemplo: la demostración práctica del alumno para usar correctamente un condón en un modelo anatómico.
Sin que tenga todos los requisitos de formalidad, hay personas que hacen una muy buena comunicación de temas sexuales; es decir, se dirigen a los niños y niñas de tal manera, que ayudan extraordinariamente a “educar para vivir, no para obtener diplomas”.
La importancia de hablarles de sexualidad a niños y niñas
La infancia es un período formativo, en el que se forja la personalidad y se apuntan los valores con los que la persona se desarrollará en la vida.
Aunque tradicionalmente se ha negado la existencia de la sexualidad infantil, se trata de un hecho incontrovertible. La sexualidad es inherente a todos los seres humanos y tiene un proceso evolutivo que va desde antes del nacimiento hasta la propia muerte. Recordemos que el concepto sexualidad no sólo se refiere a los aspectos coitales o a los reproductivos, sino que se manifiesta como vivencia y potencialidad en todas las etapas de la existencia.
¿Existe una edad recomendable para hablarles a los niños y niñas de sexualidad?
Hay que hablar, pero sobre todo mostrar actitudes desprejuiciadas y objetivas sobre la sexualidad desde siempre, aún antes de que el o la bebé nazca (así se construye un ambiente propicio), en sus primeras etapas de vida extrauterina, así como en los períodos de lactancia, preescolar, escolar, prepuberal y, por supuesto, en la adolescencia. Es recomendable que exista congruencia entre lo que se dice, se propone y se realiza en la vida concreta, todos los días. Por ejemplo, si se comenta sobre equidad de género, debe existir coherencia con lo que se haga en la casa en las actitudes no sexistas. Recordar que los chavitos y chavitas suelen atender y hacer caso más lo que observan hacer, que lo que se les decimos que hagan.
*Caleidoscopía, Espacio de Cultura Terapia y Salud Sexual