El alarmante incremento de sobrepeso y obesidad, pivote para el desarrollo de enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición, ha tenido como consecuencia en las ultimas dos décadas, un aumento importante en la prevalencia de la diabetes en nuestro país, teniendo como consecuencia el aumento en la tasa de mortalidad atribuible a esta enfermedad.
La enfermedad de la diabetes se atribuye a factores hereditarios y a la adopción de una vida sedentaria con malos hábitos alimenticios. Ocasiona daños vasculares, que afectan principalmente el funcionamiento de riñones, corazón, retina y extremidades corporales, y deteriora lentamente el sistema nervioso.
Algunos estudios han mostrado resultados favorables de los componentes del café, en especial el ácido clorogénico y un discreto aumento en la secreción de GLP-1 (hormona que ayuda al mantenimiento de la glucosa), por lo que en sujetos con intolerancia a los hidratos de carbono (prediabetes) o diabetes puede ayudar al mantenimiento de los niveles de la glucemia.
Investigadores realizaron un estudio con enfermeras (mujeres diabéticas y no diabéticas) en el que el consumo mayor o igual a 4 tazas de café al día tiene un efecto positivo en las concentraciones sanguíneas de adiponectina, y una disminución de la concentración de marcadores de inflamación.
La adiponectina participa en el metabolismo de la glucosa y de los lípidos. Diversos estudios han demostrado que la adiponectina aumenta la sensibilidad a la insulina en varios órganos (músculo, hígado, tejido adiposo), por lo tanto en personas con sobrepeso y obesidad con intolerancia a los azúcares, la asociación del consumo de café y el aumento de los niveles de adiponectina tiene efectos protectores a la salud.
Beber cuatro o más tazas de café al día, puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 hasta en un 23% en hombres y un 11% en mujeres, de acuerdo a investigadores. En el estudio, dado a conocer por la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health en Baltimore USA, participaron 12,204 sujetos (hombres y mujeres no diabéticos entre 45 y 65 años de edad), quienes fueron monitoreados de 1987 a 1999 sobre sus hábitos alimenticios, demostró que el consumo de café estaba directamente relacionado con la disminución en el riesgo de presentar diabetes tipo 2.
Además de disminuir riesgo de diabetes, el consumo de cafeína beneficia en el humor, la energía y la percepción visual, mejora la concentración y la confianza en sí mismo.