¿Consideras que siempre eres un manojo de emociones? Desde la rama que se vea, bioquímica, neurológica o psicológica, la emoción es parte de la vida de cualquier individuo. A nivel social hoy en día las emociones se han “domesticado” para vivir en armonía, pero difícilmente se puede controlar un estado depresivo, de ansiedad, angustia, por afectos e incluso por el deseo sexual.
Ante ello resulta oportuno preguntarnos si eso de contar con “inteligencia emocional” es aplicable para cualquier persona, o mejor aún, ¿en qué casos es factible?
Cuando un atleta logra la perfección en su disciplina, decimos que el deportista en cuestión logró anteponer su inteligencia emocional porque cuenta con la capacidad de dominar sus emociones para alcanzar su objetivo.
“El dominio completo de una habilidad que se tiene y que se ejercitó por años de entrenamiento puede llevar a la perfección y los ejemplos los tenemos en el deporte, las artes escénicas como la danza, la oratoria, o cualquier en actividad humana. Pero el dilema es determinar lo siguiente: ¿a pesar de todo, podré dominar el nervio, la emoción y el pánico escénico?”, se pregunta el Dr. José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
Esta es la inteligencia emocional dice: “las emociones son un eterno pasajero en la vida del ser humano, pero muchas veces viajan de polizón. Surgen cuando menos se le espera e irrumpen, por lo general, de manera inoportuna para auto boicotearnos.
“Por nuestra experiencia podemos afirmar que en cualquier nivel se le pueden proporcionar recursos a las personas para lograr la inteligencia emocional en ciertos aspectos de la vida. Entendamos que se refiere a la capacidad humana de sentir, pero al mismo tiempo de entender, controlar y modificar los estados de ánimo; no implica deshacerse de las emociones sino dirigirlas y equilibrarlas”, comentó el especialista en psicoanálisis.
“Tener inteligencia emocional equivale a poseer salud mental, y por ende, este concepto puede ser permanente y cualquier persona lo puede practicar. No tiene relación con el coeficiente intelectual. Su desempeño se basa en los cimientos de la personalidad, es decir, a mayores trastornos emocionales será mucho menor la capacidad de identificarlas.
El análisis de la personalidad se basa en ese principio, identificar la raíz de los principales males que aquejan a la mente humana y su corrección en las experiencias cotidianas: finalmente, la labor de los psicólogos es precisamente que los individuos obtengan la inteligencia emocional, no sólo para desempeñar ciertas actividades sino tener una vida de calidad.
¿Qué es la inteligencia emocional?
• Tener conciencia de las emociones. Si no te percatas de tus emociones seras víctima de ellas. Es necesario identificarlas y evaluar los escenarios pasados para saber cómo actuar ante tal acontecimiento.
• Manejo de emociones. Capacidad para controlar los impulsos para adecuarlos a un objetivo. En muchos casos el simple reconocimiento de que se tiene miedo, ira, angustia o ansiedad ayuda aligerar la carga emocional.
• Tener la capacidad de automotivación. Contar con confianza y fe por lo que se hace con base en la experiencia, el ensayo, la repetición.
• Empatía. Es la capacidad de reconocer las emociones de las otras personas y determinar cómo influyen en nuestra persona.
El experto recordó que el IIPCS cuenta con una clínica de apoyo emocional, donde las personas pueden obtener solución a sus problemas sin importar edad, sexo o condición social.
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