Hijos adolescentes, ¿cómo es tu relación?

En la relación con los hijos adolescentes “la parte más complicada es ponerles límites”, dice el Dr. Joseph Knobel Freud, psicoanalista especializado en niños y adolescentes.

Con todo, también es fundamental confiar en ellos, respetar su tiempo y espacio privados, sus gustos; pero los padres, por igual, deben marcarles límites.

“Por supuesto que es más fácil no poner límites, genera menos problemas, pero resulta que los psicoanalistas decimos que enfrentarse a los padres es algo positivo. Es muy duro para los padres y las madres, muchos vienen al consultorio y nos dicen: yo prefiero no generar ninguna discusión, ninguna pelea en casa. Y sí, es más cómodo pero tal vez le estamos haciendo un daño al adolescente, porque ya desde pequeñito, desde niño tenemos que poner límites para que después él aprenda a ponerse sus propios límites”.

Joseph Knobel es sobrino del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. Recientemente estuvo en México para impartir una conferencia magistral en el Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social.

“El respeto y la confianza tienen que ser mutuos (con los hijos) –insiste–, porque es bastante típico encontrarnos con madres que nos confiesan o vienen a la consulta y dicen: Mi hijo fuma droga. ¿Cómo lo sabe? Estuve revisando todos sus cajones hasta encontrarle una bacha. ¿Y por qué estuvo revisando en sus cajones?

“O dicen: mi hija ya tiene relaciones sexuales, estuve revisando sus cajones hasta encontrar que tiene preservativos. ¿Por qué estuvo revisando en sus cajones? Eso no le va a generar confianza a sus hijos. Puede venir la excusa: es que si no le arreglo la habitación, está hecha un desastre. Pues eso es una cosa señora, la habitación la puede arreglar pero no hace falta revisar todos los cajones hasta el lugar más secreto ni dónde la hija o el hijo guardan el diario íntimo, los preservativos, el cigarrito, eso hay que respetárselos”.

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–Será que no tenemos muy clara esa línea entre marcar límites y no meterse con el respeto a su privacidad –se le inquiere.

–La privacidad hay que respetárselas siempre. Privacidad quiere decir que todo lo que se hace en privado se hace en privado y se respeta. Luego se le pide al adolescente que si está en casa y convive con la familia, que respete los horarios de la familia. Es decir que si se cena a las 10 no puede llegar a las 11 y para colmo pretender cenar. Pero eso no tiene nada que ver con el espacio íntimo, el adolescente también tiene todo su derecho si quiere irse a su cuarto y encerrarse con sus cosas, hay que dejarlo solo y tranquilo.

-¿Es que los padres prefieren ser obedientes con los hijos?

–No estoy de acuerdo en eso de que los padres son obedientes con los hijos, sino más bien condescendientes, porque evitan la confrontación, porque enfrentarse con los hijos es muy pesado. Cierto: poner límites es muy difícil. Piensan: si me enfrento no me va a querer y se va a ir de casa, pero luego finalmente el hijo se va a ir porque está agobiado de que nadie le ponga límites, porque eso agobia y mucho. Sienten que no tienen muros de contención y en su equipamiento humano necesitan contenciones.

Adicciones y la falta de los padres

–¿Hay una relación entre las adicciones, el alcoholismo, así como con la bulimia y anorexia en los adolescentes y que lo hagan por miedo a crecer?

–Estoy de acuerdo, pero agregaría que esas ganas de que no crezcan también están del lado de mamá y papá. Muchas veces a mamá le resulta muy doloroso que el niño ha dejado de ser un bebecito, o la niña: el que la niña no quiere compartir con la mamá ni las toallas, porque tiene su mundo y su vida y que justamente está haciendo un síntoma anoréxico para separarse de la mamá, porque hay mamás que se vuelven demasiado asfixiantes para la vida de sus hijos.

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“Sobre las adicciones…es que hay una falta terrible de padres, es decir: yo diría que hay falta de padres en el sentido de falta de límites. Nos dicen preocupados: ¿por qué si dice que se va a tomar una en vez de una se toma 6? Y si te enteras lo que le regalaron en Navidad cuando tenía 12 años, te dicen: una pantalla que no cabía y muchos videojuegos, además ¿cuántos?, seis regalos más.

“No hay límites en lo que dan (los padres), se sienten culpables porque les dan poco tiempo (a los hijos) y les ofrecen el mundo en pequeños regalos como para compensar su ausencia”.

–El tiempo y la ausencia no se sustituyen con nada…

–La falta de un padre que antes, cuando era pequeño, le dijera cuando se portaba mal, vete a tu cuarto, un padre autoritario, pero la autoridad en el siglo XXI está mal vista, aunque diría que se trata de un mal entendido de los años 60 hacia acá, en donde todo se vale, todo se puede.

“Esos adolescentes posiblemente han visto que se puede, por ejemplo, que en casa nadie cierra la puerta del baño o que en casa no hay espacios privados. Eso es malísimo para los niños, y por qué es malísimo, porque demuestra que no se han puesto límites”.

Si te cuesta trabajo poner límites a los hijos, acude con un psicoanalista, “para eso estamos los profesionales de la salud mental, siempre se está a tiempo de colocar las cosas en su lugar”, concluye.

Knobel Freud nació en Estados Unidos, luego de que su familia huyó de la persecución nazi en Austria. Vivió su infancia en Argentina pero desde hace bastantes años radica en Barcelona.

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