“Generación canguro”
¿Hay un nuevo estilo de parejas? La respuesta a esta pregunta es un rotundo si. En la actualidad, cada vez con mayor frecuencia se conforman nuevas formas de relaciones entre hombres y mujeres.
De lo más común resultan las parejas formadas entre personas separadas, en quienes no está entre sus planes experimentar nuevamente el matrimonio. Sin embargo, cuando éste llega a plantearse, pueden aplazarlo para mucho tiempo después y presentarse muchas dificultades para asumir el compromiso que implica tal unión.
Los argumentos de estas parejas que retardan esta unión, tienen que ver aparentemente con un exceso de responsabilidad y tiene una fina y sutil línea con el egoísmo y la poca confianza en la vida y en el amor.
Las parejas que se forman con “los tuyos, los míos y los nuestros”, requieren de grandes dosis de voluntad, de generosidad y de amor para poder avanzar en el proyecto de familia. Pero, sin duda, logran establecer familias dinámicas y con grandes cuotas de sabiduría.
Otro tipo de relaciones cada vez más frecuentes tienen que ver con esquemas en los que no necesariamente existe un lazo emocional. Por lo general cada una de estas personas que conforman estas relaciones viven en casa de sus padres y no desarrollan relaciones duraderas; se juntan para pasarla bien.
Los participantes de estas parejas salen a comer juntos o de fin de semana y después vuelven a su casa paterna. Son las que se llaman “generación canguro”, donde aprovechan los beneficios de los solteros y los privilegios de los casados.
Las personas que establecen este tipo de relaciones pueden llegar a sentir un vacio interior, sobre todo en el caso de las mujeres, pues puede llevarlas a una depresión y, a los hombres, a perder la referencia de lo que realmente es importante en la vida: los afectos.
Tipos de parejas
Con este tipo de relaciones, es menos frecuente encontrar a la pareja tradicional.
Sea cual sea el tipo de relación que se establezca en estos tiempos, para que una relación funcione es necesario entender que el amor no es sólo un sentimiento, en el que cuando pasa la sensación de “maripositas” hay que romper, pues no se está dispuesto a vivir dificultades y conflictos.
El amor es un sentimiento maravilloso que nos hace sentir vivos y es, sobre todo, una decisión de amar, que tiene que ver con el propósito consiente de querer compartir la vida con el otro y no que el otro me la solucione y venga a hacerme feliz.
La responsabilidad de ser feliz es mía, y no del otro y nadie me construye un mundo grato si es que yo misma no trabajo para ello.
Cuando se vive el amor no sólo como sentimiento, sino también como decisión, es muy probable que la pareja se quiera comprometer y confiar en la vida como lo hacían nuestros abuelos.
Muchos de los nuevos tipos de relaciones de pareja tienen que ver con el mundo de lo desechable, con la mentalidad de que la felicidad se compra y que por lo tanto tengo que tener cosas antes de poder amar.
Otras se forman después de grandes cuotas de dolor y de grandes aprendizajes que cuando se hacen de buena forma, se pueden establecer segundas nupcias de verdad positivas. No es menor que los segundos matrimonios tengan un buen nivel de satisfacción si es que han aprendido de las experiencias anteriores.
El amor es una empresa en la que hay que trabajar todos los días. Se deben cuidar los detalles y la voluntad, ante todo.
La estructura que tenga la relación dependerá de la confianza que tengamos en lo permanente. Comprender que es imposible mantener una relación sin que surjan conflictos y que la generosidad, la tolerancia y la aceptación, junto con la buena comunicación, son las claves para establecer una buena relación de pareja, independientemente de la estructura que cada una tenga.
*Pilar Sordo es una reconocida psicóloga chilena con un vasto trabajo en género. Durante 8 años realizó una investigación sobre el tema, gracias al cual publicó su primer libro ¡Viva la diferencia!, en el que da cuenta de las características que adultos y jóvenes asocian con el ser mujer y con el ser hombre.
