[media-credit name=»Yupiramos | Giuseppe Ramos» align=»alignnone» width=»562″][/media-credit]
El tabaco es una sustancia que preocupa mucho debido a su disponibilidad, y al alto nivel de dependencia que genera. Tiene la particularidad de que al estar legalizado es de fácil acceso.
Generalmente su consumo comienza por curiosidad, por imitación y por las altas expectativas que se generan alrededor de él. Al igual que con las otras drogas, su ingesta produce en el organismo la liberación de dopamina lo cual provoca un efecto placentero; así que es fácil que el cuerpo se enganche con éste.
En nuestro país la prevalencia del consumo de tabaco es preocupante. Según la última Encuesta Nacional de Adicciones, el 22 por ciento de la población es consumidora activa (3 o más veces por semana) de esta sustancia, 31 por ciento son hombres y 12 por ciento de mujeres. De los fumadores ocasionales es el 20 por ciento. Es decir, la mitad de la población está en contacto con el tabaco.
¿Cómo saber si tengo adicción al tabaco?
Parece una pregunta bastante fuera de lugar, sin embargo, sucede frecuentemente que las personas que consumen tabaco creen tener bajo control el asunto y consideran que es poco. La Maestra Violeta Félix Romero, del Centro de Prevención en Adicciones Dr. Héctor Ayala Velázquez de la UNAM, explica que hay ciertos criterios que se toman en cuenta para determinar si existe un problema:
- Tolerancia. La tolerancia implica que se empieza a consumir mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto; “es decir, si antes me fumaba un cigarro y ya me sentía relajada ahora necesito fumar más para conseguir el mismo efecto”, explica la especialista.
- Síndrome de abstinencia. Son todos los síntomas que se experimentan cuando se deja de consumir: hay quienes se empiezan a sentir ansiosos e irritables por ejemplo. Se tiene necesidad de fumar para aliviar estos síntomas.
- Inversión en tiempo, dinero y esfuerzo. Se trata de todo el esfuerzo que se invierte en tratar de conseguir la sustancia.
“En el caso del tabaco hay un cuarto criterio, que es el cigarro de la mañana. Una persona va siendo más dependiente conforme menos tiempo pasa entre que se levante y su primer cigarro”, agrega la Maestra Félix.
Quiero dejarlo, pero ¡me da miedo!
Tomar la decisión de decirle adiós al tabaco es bastante difícil, sobre todo si se toma en cuenta que genera una dependencia fuerte en el organismo; pero no es imposible. Lo importante es determinar cuál será tu estrategia a seguir.
“Hay muchos métodos para tratar el consumo del tabaco. Unos tienen que ver con la ingesta de nicotina: chicles, parches, etc., que lo que hacen es ir liberando gradualmente esta sustancia para que el cuerpo se vaya acostumbrando al cambio y así dejarlo.
Otro tipo de tratamiento es el farmacológico en el que por manos de un médico o psiquiatra se administran antidepresivos, porque cuando dejas de fumar el cuerpo también para de producir esas sustancias placenteras que se presentaban con el consumo del tabaco; además de que el tabaquismo generalmente está asociado a problemas de depresión y ansiedad”, puntualiza.
La otra posibilidad es el tratamiento psicológico en el que a lo que se ayuda es a encontrar cuáles son los detonantes de la adicción y a crear las estrategias necesarias para erradicar esa conducta compulsiva. “La idea es dotar de habilidades de manejo de ansiedad, con la respiración, relajación, etc. Identificar cuál es el precipitador, esa situación con la que se ha relacionado el consumo”.
¿Duele dejar el cigarro?
Se trata de un camino complicado que sólo quien decide dejar el tabaco podrá determinar si lo quiere recorrer solo o acompañado, eso depende mucho del nivel de dependencia, además de que los síntomas por dejar de fumar varían de persona a persona.
Los síntomas que más reportan quienes dejan de fumar es ansiedad, irritabilidad y sed. También se presentan pensamientos intrusivos: “Estoy dejando de fumar y siento que todos están fumando”.
“Lo más importante es que quien está dejando de fumar comprenda que los síntomas son cíclicos, se presentan como en una especie de cresta: comienzan muy bajitos y luego aumentan, a tal grado que la persona considera que es algo insoportable. Ahí está la clave, lograr pasar ese momento con las habilidades que se puedan ir construyendo es esencial para lograr erradicar la adicción.
Entonces es básico determinar cuándo van empezando y ahí aplicar las estrategias, porque mucha gente recae en ese momento. Se trata de sensaciones fuertes, pero deben de saber que van a pasar”, finaliza la Maestra Félix.