Los ministros de Salud de las Américas aprobaron el pasado 30 de septiembre de 2015 una serie de medidas para prevenir y controlar la infección por las hepatitis virales, y allana el camino para eliminar las hepatitis B y C como problemas de salud pública en la región para el 2030.
El nuevo Plan de acción para la prevención y el control de las hepatitis virales 2016-2019 fue aprobado durante el 54 Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Washington, D.C.
A nivel mundial, las hepatitis B y C juntas ocasionan cerca del 80% de todas las defunciones por cáncer hepático, lo que equivale a casi 1.4 millones de vidas perdidas cada año. Sin tratamiento, el cual es particularmente efectivo para la hepatitis C, gran parte de los 20 millones de personas de la región que se estima tienen hepatitis B o C padecerán otros trastornos de salud, como la cirrosis y el cáncer hepático.
El nuevo plan regional establece las líneas de acción para reducir la enfermedad, las discapacidades y las defunciones causadas por las hepatitis, y allana el camino para eliminar las hepatitis B y C como problemas de salud pública en la región para el 2030.
“En el pasado, la respuesta regional a las hepatitis virales no estuvo bien enfocada, pero ahora tenemos la oportunidad de establecer una estrategia de salud pública enérgica”, dijo Marcos Espinal, Director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la OPS. “Hoy se vislumbra la posibilidad de eliminar las hepatitis virales.”Las tasas de infección con hepatitis varían en toda la región. La cuenca amazónica es una de las zonas más afectadas y se calcula que allí la prevalencia de la hepatitis B es de 8%. En otras zonas de la Región, la prevalencia varía desde menos de 1% hasta 4%.
Los datos de mortalidad recabados por la OPS indican que cerca de 3% de todas las defunciones ocurridas en América Latina y el Caribe entre el 2008 y el 2010 se debieron a cáncer hepático, insuficiencia hepática, hepatitis crónica, hepatitis viral aguda o cirrosis.
Hay vacunas eficaces para prevenir las hepatitis A y B que evitan hasta 95% de las infecciones, así como nuevos tratamientos para la hepatitis C, cuya tasa de curación es de 90%.
La OPS/OMS recomienda una primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B para los recién nacidos en las 24 primeras horas de vida, seguida de dos o tres dosis más a los 2, 4 y 6 meses de edad. Con el apoyo del Fondo Rotatorio de la OPS para la Compra de Vacunas, hasta 2013, los países de América Latina y el Caribe habían llegado hasta el 90% de los niños menores de 1 año con las tres dosis necesarias de la vacuna contra la hepatitis B. Actualmente, el 84% de los recién nacidos de la región reciben una primera dosis de la vacuna en sus primeras 24 horas de vida, de acuerdo a lo recomendado. Esta dosis es la más importante para prevenir la transmisión maternoinfantil de la hepatitis B. El nuevo plan de acción insta a todos los países a procurar que todos los recién nacidos reciban su primera dosis en las 24 horas que siguen al nacimiento.
Los nuevos tratamientos para la hepatitis C son sumamente eficaces y tienen menos efectos colaterales que los tratamientos anteriores, que eran a base de interferón. Algunos países están empezando a poner estos medicamentos al alcance de los pacientes que se encuentran en etapas avanzas de la enfermedad y más expuestos al riesgo de sufrir complicaciones. Sin embargo, estos tratamientos más recientes son mucho más costosos y el acceso a ellos es limitado en la mayoría de los países de la región.
Para reducir las repercusiones de las hepatitis virales y avanzar hacia la eliminación regional de las hepatitis B y C, el nuevo plan de acción propone que los países:
- Formulen planes nacionales para combatir la hepatitis.
- Integren la prevención, la vigilancia, el tratamiento y el control de las hepatitis virales en los sistemas y servicios de salud, por medio de estrategias o planes financiados por los presupuestos nacionales.
- Lleven a cabo campañas de información, entre otras la celebración del Día Mundial contra la Hepatitis, a fin de crear conciencia en el público acerca de la gravedad de las hepatitis en todas sus formas y de la manera en que pueden prevenirse y tratarse.
- Mantengan y amplíen la vacunación contra la hepatitis B para aumentar la cobertura de todos los niños y grupos de población destinatarios de alto riesgo y vulnerables; entre otros, los trabajadores de atención de salud, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, los trabajadores sexuales y los usuarios de drogas.
- Promuevan la aplicación estricta de los protocolos y las normas para prevenir las infecciones por hepatitis virales en los entornos de atención de salud.
- Formulen y apliquen directrices para la prevención, el diagnóstico, la atención y el tratamiento de las hepatitis virales de acuerdo con las últimas recomendaciones de la OMS.
- Fortalezcan los sistemas para notificar y vigilar los casos de hepatitis.
- Mantengan altas normas de seguridad para las técnicas de diagnóstico y los suministros de sangre.
- Busquen opciones para ampliar el acceso a los medicamentos, como la negociación colectiva y la promoción de la competencia de los productos genéricos.
En el plan se convoca a la OPS a que apoye a los países en estos esfuerzos con la cooperación técnica y se insta a utilizar su Fondo Rotatorio Regional para Suministros Estratégicos de Salud Pública, a fin de lograr que los medios de diagnóstico, vacunas, suministros e insumos de tratamiento esenciales contra las hepatitis sean más asequibles.
Referencias
- CD54/13, Plan de acción para la prevención y el control de las hepatitis virales, disponible en http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=31279&Itemid=270&lang=es