Si solo pudiéramos mantener nuestros cuerpos jóvenes, sanos y enérgicos, incluso cuando alcancemos la sabiduría de nuestros años. Una nueva investigación en el Weizmann Institute of Science (Instituto de Ciencias de Weizmann) sugiere que este sueño podría obtenerse, al menos en parte, en el futuro. Los resultados de esta investigación, dirigida por el Profesor Valery Krizhanovsky y el Dr. Yossi Ovadya en el Departamento de Biología Celular Molecular, se publicaron recientemente en Nature Communications.
La investigación comenzó conociendo la forma en que el sistema inmunológico está involucrado en una actividad crucial: eliminar las células senescentes viejas que causan problemas en el cuerpo cuando están alrededor.Las células senescentes, que no están completamente muertas pero sufren pérdida de función o daño irreparable, se han relacionado con enfermedades del envejecimiento al promover la inflamación. Los investigadores utilizaron ratones en los que faltaba un gen crucial para esta actividad inmunológica. A los 2 años (ancianos, para ratones), los cuerpos de estos ratones tenían una mayor acumulación de células senescentes en comparación con los ratones en los que el gen para eliminar estas células estaba intacto. Los ratones a los que les faltaba el gen sufrían de inflamación crónica, y varias funciones en sus cuerpos parecían estar disminuidas. También parecían mayores, y murieron antes, que sus contrapartes normales.
Posteriormente, los investigadores les dieron a los ratones un medicamento que inhibe la función de ciertas proteínas que ayudan a las células envejecidas a sobrevivir en su estado senescente, para ver si esto contribuiría a la eliminación de estas células del cuerpo. Los medicamentos se administraron a ratones cuyo envejecimiento fue el resultado de las disfunciones que el grupo había descubierto en el sistema inmunológico, así como a los que sufren un envejecimiento genético prematuro debido a un error genético diferente.
El estudio reporta que «los ratones tratados respondieron excepcionalmente bien al medicamento«: sus análisis de sangre y sus pruebas de actividad mostraron una mejoría y sus tejidos parecían estar mucho más cerca de los ratones jóvenes. Los científicos contaron las células senescentes, encontrando que muchas menos permanecían en los cuerpos de los ratones tratados; y cuando buscaron signos de inflamación, encontraron que esto también era significativamente más bajo. Los ratones tratados con el fármaco fueron más activos y aumentó su promedio de vida.
Los científicos tienen la intención de continuar explorando formas de hacer que el cuerpo humano elimine sus viejas células senescentes, en particular para encontrar formas de activar el sistema inmunológico para hacer este trabajo. Es decir, si la experimentación futura prueba que sus teorías son correctas, podrían terminar creando terapias verdaderamente «antienvejecimiento«[.]
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