Las pruebas médicas suponen momentos de estrés para los pacientes. Estos momentos generan incertidumbre y ansiedad, no solo por posibles noticias desagradables, sino también por el desconocimiento, la vulnerabilidad y la falta de control que las personas experimentan cuando se someten a ellas.
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Con el fin de mejorar la experiencia del paciente durante todo el proceso hospitalario nacen las iniciativas por mejorar y humanizar el sistema de salud.
¿Cómo humanizar las pruebas diagnósticas?
Los profesionales han sido los primeros en sufrir un cambio necesario para situar al paciente como protagonista y, tras la concienciación médica, los espacios y ambientes se adecúan también para ofrecer ambientes que acompañen a las personas en los procesos médicos. En muchas ocasiones, hay pacientes que sufren de elevados niveles de ansiedad al someterse a resonancias magnéticas. El ruido, el espacio reducido y el ambiente no permiten la relajación adecuada para la prueba. Con el fin de reducir el estrés en el paciente, la tecnología actual permite crear ambientes diferentes y facilitan la distracción necesaria en momentos complicados. La luz, la imagen y el sonido se combinan para crear entornos que acompañen al paciente, le hagan sentir seguros y les ayuden a reducir la ansiedad, un proceso, especialmente delicado en el paciente pediátrico.
La estancia hospitalaria también precisa humanización
La creación de salas y espacios agradables donde seguir las explicaciones del médico o donde distraerse del acelerado ritmo de un hospital supone un apoyo extra para cualquier paciente o familiar que durante la hospitalización. Además de mejorar significativamente la experiencia del paciente, estas salas acrecientan la confianza y la relación entre profesionales y familiares. Uno de los casos más destacados es el de la ambientación del Hospital Infantil de Phoenix.
A través de un juego de iluminación y color, pacientes, familiares y profesionales le plantan cara a la seriedad de las dificultades médicas diarias.
La necesidad de humanizar todo el proceso hospitalario se pone de manifiesto en personas que necesitan de cierto apoyo también tras el tratamiento. Proyectos como el maquillaje terapéutico permiten a los pacientes de trastornos dermatológicos o sometidos a cirugía estética volver a mirarse al espejo sin miedo. Recuperar la autoestima en estos casos resulta fundamental para la recuperación del paciente. Y es que la humanización consiste en eso, en ver a las personas antes que a un paciente más que atraviesa momentos complicados.
Complementar las nuevas tecnologías con el tratamiento de un paciente puede ser una nueva oportunidad en la trasformación de la atención integral del paciente.