Las terapias biológicas contra el cáncer de mama
Como ocurre cuando hay invasores que ocupan un terreno y construyen sus viviendas de manera irregular, el cáncer de mama como otros cánceres, surge del desarrollo de células que crecen también de manera irregular.
Si las viviendas irregulares también requieren de servicios como agua y luz, la cual obtienen tomándola prestada o a la fuerza, ya sea con “diablitos” colgados de los cables o mangueras que roban agua de la tubería formal, de forma semejante ocurre con estas células fuera de orden que requieren de oxígeno y proteínas, los cuales obtienen con el surgimiento de vasos sanguíneos propios.
A diferencia de las células regulares, estas células de manera inusual en el organismo consumen mayor cantidad de suministros (oxígeno y proteínas), por lo cual sus vasos sanguíneos adquieren un tamaño descomunal y manifiestan proporciones grotescas que al acarrear más “alimento” crean rápidamente nuevas células irregulares.
Al surgimiento de vasos sanguíneos se le conoce con el término de “angiogénesis”, un proceso que implica los principios de la vida si entendemos que cuando se fecunda un óvulo, para su desarrollo se requiere de la angiogénesis para dar lugar al feto con la reproducción regular de células.
Sin embargo, en la creciente colonia de células irregulares que dan lugar a un tumor, el cual se maneja como un órgano autónomo y sin control del organismo, debido a la creciente demanda de crecimiento que presentan esas células, éstas cuentan con capacidad de separarse e infiltrarse en sangre para llegar a otros órganos.
A esa infiltración y posterior desarrollo de tumores en otras partes del organismo, se le conoce como metástasis en materia de oncología, la especialidad médica que se encarga del cáncer.
En el caso del cáncer de mama, por lo regular la metástasis se presenta con la diseminación en cáncer de cerebro, hueso, pulmón, hígado o páncreas.
Desde 1952 se descubrió que mediante sustancias químicas conocidas como quimioterapia se podía combatir a los tumores cancerígenos, debido a que la toxicidad de estos medicamentos es muy elevada porque en su combate atacan por igual a células malignas como regulares.
En la nueva medicina biológica o molecular que desarrollan los grandes laboratorios, se ha descubierto que para combatir a estos tumores pueden dirigir el fármaco a un blanco sin atacar a las células normales.
La angiogénesis de los vasos sanguíneos malignos que alimentan a los tumores es hoy en día de los principales blancos de estos medicamentos, acción que efectúa una sustancia conocida como Bevacizumab, desarrollada por Roche.
Esta sustancia antiangiogénica impide que el vaso maligno siga proporcionando oxígeno y proteínas a las células irregulares, lo que detiene el crecimiento del tumor cancerígeno para un mejor control del paciente.
Por ahora esta terapia biológica sólo se ha autorizado para cáncer de mama metastásico, lo que proporciona una mayor sobrevida al paciente.
También está autorizado para cáncer colorrectal metastásico, en tanto se siguen realizando estudios para encontrar mejores aplicaciones del medicamento, el cual a la fecha se proporciona junto con la quimioterapia y radioterapia que siguen siendo los tratamientos estándar contra este padecimiento.
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