En México, por cada 3 mujeres un hombre vive con artritis reumatoide [1], se presenta con mayor frecuencia entre los 45 y los 55 años [2]. La esperanza de vida se ve disminuida de 3 a 18 años, y la calidad de vida de las personas se agrava significativamente, lo que ocasiona que al menos 50% de los pacientes que viven con el padecimiento dejan de trabajar a los 10 años de presentar esta condición [3].
Sin embargo, el padecimiento va más allá de estos números, ya que la artritis reumatoide tiene una vinculación directa en cómo afecta a las relaciones interpersonales, el progreso profesional, a la capacidad de una persona para mantenerse activa, así como, a las aspiraciones que tiene un paciente para sus cuidados futuros.De esta manera, en el estudio “La Artritis Reumatoide Importa: Percepciones de Pacientes con Artritis Reumatoide y de sus Reumatólogos” que se efectuó con pacientes y especialistas mexicanos, desarrollado por KRC Research y Eli Lilly y Compañía, respondieron que las personas que no viven con la enfermedad no logran entender el impacto emocional que tiene la artritis reumatoide en la vida.
El estudio menciona que 77% de los pacientes y 74% de los reumatólogos encuestados piensa que otros no comprenden el impacto emocional que la artritis reumatoide tiene en las personas que viven con la enfermedad, incluso, 65% de pacientes y 69% de los reumatólogos afirman que otros individuos no comprenden el impacto físico que la enfermedad ocasiona.Por otra parte, con base en las respuestas de los pacientes, 49% de ellos subraya que la enfermedad afecta negativamente las relaciones con el cónyuge o la pareja, mientras que 81% de los reumatólogos, considera un efecto negativo en dicha relación. En lo que respecta a la inclusión en eventos sociales o familiares, 61% de los pacientes y 79% de los reumatólogos, consideran que la artritis reumatoide afecta de manera negativa esta parte de sus vidas.
Entre otros resultados del estudio, se especifica que 25% de los pacientes se han visto forzados a dejar su trabajo o a retirarse, mientras que otro 25% experimentó una reducción en su progreso profesional.
Además, 65% de las personas, mayores de 60 años, se vieron obligados a una incapacidad de largo plazo o retiro debido a la enfermedad.
Asimismo, 54% de los pacientes que trabajan y viven con artritis reumatoide tienen la dificultad de realizar labores con sus manos, mientras que 47% muestra incapacidad para laborar debido al dolor.
En lo que respecta a sus actividades cotidianas, la mayoría de los pacientes (68%) se sienten frustrados cuando son incapaces de realizar o terminar sus tareas. Por su parte, 77% de los reumatólogos percibieron que los pacientes sienten frustración al efectuar tareas cotidianas.
Una de las partes concluyentes del estudio es que quienes viven con artritis reumatoide sean comprendidas por las personas que viven a su alrededor, con base en el impacto que tiene la enfermedad tanto a nivel físico como emocional, ya que el padecimiento no define a los individuos que viven con artritis reumatoide, y lo más importante para éstos es mantenerse activos y aceptar su condición[.]