De acuerdo a cifras de la OMS, más de 200 millones de personas en el mundo son afectados por la incontinencia [3], tardando más de seis años en promedio para su diagnóstico [2]. Afecta al 24% de la población general en algún momento de su vida y al 50% de las personas mayores de 65 años.
Esta condición que si bien no distingue genero afecta mayormente a la población femenina. De acuerdo a un estudio realizado por la Dra. Sara Gloria Aguilar Navarro, Médico Internista Sub especialista en Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, en México se estima que hay 8 millones de personas con incontinencia, 75% de éstas son mujeres.Las anteriores cifras evidencian la importancia de generar conciencia en torno a la incontinencia urinaria y/o fecal y sus opciones de tratamiento. Dos condiciones médicas frecuentes que tienen consecuencias sociales, sexuales, interpersonales y profesionales vergonzosas; y que son potencialmente desestabilizantes, en tanto que pueden causar aislamiento social y afectan drásticamente la calidad de vida de quien las padece.
“Es clave que la población general tenga claro que la incontinencia urinaria y fecal son condiciones de salud serias que no son parte normal del proceso de envejecimiento. Por lo que romper el silencio y consultar con un profesional de la salud sobre las alternativas de tratamiento a largo plazo es de suma importancia”, afirmo el Dr. Gónzalo Hagerman Ruiz Galindo, Cirujano General con Sub especialidad en Cirugía de Colon y Recto.
Los costos sociales de los trastornos del control de la vejiga y el intestino también son altos; aún los síntomas leves afectan el funcionamiento social, sexual, interpersonal y profesional de aquellos que los sufren. Los pacientes que sufren incontinencia normalmente tienen dificultad para realizar actividades diarias simples, tales como trabajar, realizar las compras, viajar en automóvil o ver una película por temor a sufrir vergonzosos episodios de incontinencia o por no encontrarse cerca de un baño.
Estas personas en su mayoría sufren en silencio.
El tratamiento de estas condiciones incluye cambios de dieta y estilo de vida, ejercicios físicos, medicamentos anticolinérgicos y la neuromodulación sacra o estimulación del nervio sacral. Esta última se realiza a través del implante de un neuroestimulador por debajo de la piel en la zona superior de los glúteos. Éste actúa en forma similar a un marcapasos: estimulando los nervios sacros, encargados de controlar el funcionamiento del piso pélvico, con impulsos eléctricos leves, restaurando la comunicación entre esta zona del cuerpo y el cerebro. Logrando como resultado unos patrones más normales de evacuación.
La neuromodulación sacra o estimulación del nervio sacral es una terapia actualmente aprobada por diferentes cuerpos regulatorios incluidos el INVIMA, COFEPRIS y la FDA.
Las personas que presentan algunos de los síntomas asociados a la enfermedad como son:
- Pérdida involuntaria de orina y/o heces
- Tener que ir al baño con mucha frecuencia
- Insomnio causado por la sensación constante de necesidad de orinar
- Dolor abdominal
- Diarrea
Deben consultar con su médico, sólo un profesional de la salud puede confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento indicado.
Referencias
- Medtronic, Incontoinencia Urinaria, recupra el control. Datos y estadísticas http://www.control-incontinencia-urinaria.es/urinary_incontinence/ES/www.control-incontinencia-urinaria.es/TherapyAwareness/home/1179302680102.htm
- IBID
- World Health Organization Calls First International Consultation on Incontinence. Press Release WHO/49, 1 July 1998. http://www.who.int/inf-pr-1998/en/pr98-49.html (Acceso 12.10.2006)