diciembre 22, 2024

5 factores que mejoran la relación madre e hija

madres e hijas
Psicologa Maite Sainz
Psicologa Maite Sainz
madres e hijas

Lograr una buena relación ¡se puede!

Por Psic. Maite Sainz*

Cuando somos niñas idealizamos a nuestras madres, en la adolescencia peleamos con ellas, cuando somos jóvenes las valoramos y cuando nos convertimos en madres deseamos haber aprendido todo de ellas.

Conforme crece su hija, la madre va reviviendo a la par su propia historia.

Más allá de si están o no con nosotras, su imagen siempre nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Esto se debe a que la relación entre madre e hija puede ser una de las más bonitas que experimentemos en nuestra vida, así como también una de las más intensas, profundas y complejas del ser humano. Pero, ¿por qué es tan especial esta relación?

Desde el embarazo, la madre ya sueña con su pequeña, piensa en su nombre, en su cara, en su personalidad; se imagina lo felices que serán juntas y deposita en su bebé muchas expectativas tanto conscientes como inconscientes que gestarán el inicio de esta mágica relación.

Más adelante, en los primeros años de vida de la hija, la madre constituye la figura más importante para ella, ya que debido a sus cuidados crece y se desarrolla sanamente. En este proceso, la madre se va viendo reflejada en su niña conforme crece; es decir, va reconociendo aspectos propios en ella, por ejemplo,  cualidades físicas y de carácter, así como va recordando y reviviendo a la par su propia historia.

Es durante la infancia que la niña idealiza y adora a su madre, depende completamente de ella para vivir, prueba su maquillaje, usa sus zapatos, la acompaña a todos lados y juega a que será como su madre algún día.

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Más adelante llega la temible pubertad, donde la hija debe de separarse física y emocionalmente de su madre para buscar su propia identidad. En estos momentos parece que madre e hija pelean, discuten todo el tiempo, están en desacuerdo, no se toleran. Suena ilógico, pero es gracias a este intenso y conflictivo proceso que las mujeres construimos nuestra identidad femenina; es decir, en la adolescencia nos diferenciamos de nuestra madre para poder identificarnos con ella y así aprender los trucos y consejos para llegar a ser toda una mujer.

Para la madre estos momentos pueden ser sumamente difíciles, ya que no sabe qué le ha pasado a su hija y, debido a que los tiempos cambian, siente que no se puede comunicar con ella y que ya no sabe más cómo educarla. Esto es normal, y en estas situaciones la madre debe confiar en su hija y en el vínculo que tienen, aprender a respetar su espacio, intentar relacionarse de una manera diferente y seguir presente para estar ahí en el momento en que su hija la necesite.

Llegada la juventud y la adultez, la mujer ya se entiende con su madre, y finalmente puede verse reflejada en ella. Ambas encuentran ahora una nueva manera de relacionarse como adultas y como iguales; no obstante, continuarán existiendo ciertos conflictos y discusiones debido a las diferencias y discrepancias entre madre e hija.

Asimismo, aunque hay una etapa en la que ya no convivimos tanto con nuestra madre, y de pronto se siente que nos hemos librado de ella, es en un error, ya que el vínculo que se forma entre madre e hija  es un lazo indisoluble que no se rompe; es decir, internamente llevas a tu madre para toda la vida y viceversa; por lo que lo mejor es, si hubo alguna mala experiencia o malentendido, perdonar, sanar viejas heridas y dejar traumas atrás.

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Las diferencias, las mentiras, las iras, las frustraciones, así como el verdadero amor que las madres y las hijas comparten; dan lugar a emociones muy complejas, variadas y cambiantes que hay que explorar y comprender para descubrir quiénes somos, para así poder mejorar y disfrutar la relación. Pero, ¿cómo hacer que la relación mejore? Estas son las cinco claves:

  1. Respeto: acepta que ella y tú son diferentes, y recuerda que el hecho de pensar distinto no cambia el amor que se tienen.
  2. Comunicación: platiquen lo más que puedan, es la base de una buena relación.
  3. Escucha: comparte y respeta los diferentes puntos de vista.
  4. Tolerancia: es normal tener sentimientos contradictorios en una relación, aprende a manejarlos.
  5. Disfruten el tiempo juntas: encontrar una actividad en común y disfrutarla puede mejorar mucho una relación.
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