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La gran cantidad de opciones en cuanto a terapias alternativas ha hecho que ya no sepamos ni por dónde, y lo peor, ha contribuido a que se presente mucha charlatanería. Sin embargo, hay que recuperar lo que verdaderamente puede hacer algo por nosotros, como la danzaterapia.
“En lo que yo trabajo es en algo que llamo ‘estrategias psicocorporales para el manejo de emociones’, que implica dotar de herramientas para que de manera autónoma podamos manejar mejor las situaciones molestas que ocurren en la vida cotidiana. Todo esto a través del cuerpo”, menciona Fernando Chávez Arredondo, profesor de tiempo completo de la Universidad Pedagógica Nacional, quien dedica sus investigaciones a la educación sensorial, sexualidad y danzaterapia.
Se trabaja a partir de diversas técnicas, que en esencia involucran la danza y por lo tanto la música. Por ejemplo, a través de danza de los 5 ritmos, danzas circulares, biodanza, danza butoh, flamenco expresivo, entre otras.
“La idea es explorar en el interior de cada uno de nosotros, visualizar en qué estamos atorados para poder hacer algo al respecto. Los problemas no se resuelven hasta que no identificamos cuál es el problema. Casi siempre de lo que nos percatamos es sólo de la sensación molesta que nos provoca”, explica.
¿Cómo se trabaja esto?
A diferencia de la psicología que trabaja con la palabra, y de la psiquiatría que trabaja con la palabra y la medicación -dice Fernando Chávez-, en este trabajo yo parto de un principio básico, no original, pero que inspira lo que hago: Uno tiene la posibilidad de llegar más directamente al inconsciente a través del movimiento, de lo que dice tu cuerpo, no tus palabras.
Es por eso que explica que los principios básicos para comenzar ese camino a través de las “estrategias psicocorporales para el manejo de emociones”, son lo siguientes:
- El movimiento, base de este tipo de terapias, es la esencia básica del cambio. Si me muevo de otra manera y hago las cosas desde otro lugar, esto me va a conducir a un cambio positivo en mi manera de pensar y de sentir.
- Experimentación e incertidumbre. Si exploro lo que voy encontrando a través del movimiento, y me traslado a lo que me hace sentir bien, se puede decir que el trabajo se está haciendo bien.
- Nuestra vida comienza con el cuerpo y termina con el cuerpo. Alguien que no es capaz de tener un vínculo armónico consigo mismo, no podrá ser feliz.
- Se trabaja desde la unidad cuerpo, mente y emoción, la cual es una unidad compleja de la cual las filosofías orientales dan el fundamento.
- Si uno no es capaz de amarse a sí mismo, no es capaz de amar a los demás. No se puede pretender tener una relación armónica con las y los otros si no tengo un trabajo de reconocimiento conmigo mismo.
- Conócete a ti mismo. Es el principio esencial, ya plasmado den la puerta de Delfos, que nos recuerda que este proceso es básico en la construcción de mi propia persona: “Mi obra más importante soy yo mismo”, agrega el especialista.
¿Con quién y a dónde acudir?
“Lo más importante es tener claro que hay que trabajar, quizá no en lo que hay que trabajar y eso se irá descubriendo poco a poco, pero sí que este trabajo cuerpo, mente y espíritu es esencial en la búsqueda de plenitud.
Lo que yo les recomiendo es que exploren, que experimenten con las opciones que se les presenten. Y aunque en el país aún somos pocos los especialistas en este tipo de trabajo ya hay opciones al alcance de muchos. Yo por ejemplo, he desenvuelto más de mis investigaciones de manera grupal, pero también se puede trabajar con estrategias psicocorporales de manera individual”, finaliza Fernando Chávez.