Como responsable de que seamos quienes somos, al proporcionarnos memoria, juicio o personalidad, el sistema nervioso central (SNC) va más allá de ser únicamente “cerebro y nervios”, si tan sólo consideramos que procesa en promedio 11 mil datos por segundo, la mayoría de los cuales no somos capaces de percibir.
El SCN es un sistema tan frágil y delicado que una vez dañado, puede que no sea posible reconstruirlo. Es más: A cualquier falla en su funcionamiento de inmediato se le califica de enfermedad, las más de las veces se le bautiza de manera drástica o peyorativa: “Demencia”.
Entre éstos destacan padecimientos que cada vez proliferan más por el envejecimiento en la edad de los pobladores de la Tierra, como las enfermedades de Alzheimer o Parkinson, pero también la epilepsia, la esquizofrenia, los diversos tipos de síndromes de ansiedad, migrañas, vértigo o insomnio, además de un tipo de pivote que desencadena infelicidad y tragedias, y la cada vez es más extendida: Depresión.
El Dr. Alan E. Barrel, especializado en Medicina Aeroespacial y director médico de Lundbeck, explica que una parte de las funciones del SNC las realizamos de manera autómata, al convertirse en acciones mecánicas condicionadas por el tipo de vida, pero hay otras más que forman parte de un aprendizaje, cuya función cognoscitiva en el cerebro tiene lugar a partir de la sinapsis.
La sinapsis es la conexión entre una neurona y otra, de entre 20 billones y 50 billones de estas células en cada ser humano que una vez perdidas no son recuperables, pero que hacen el milagro de integrar y coordinar movimientos, acciones, pensamientos, personalidad, sueño, hambre…
Las neuronas como las células más especializadas del organismo, son demasiado frágiles y se lesionan con facilidad, como por ejemplo con sustancias tóxicas que puede encontrar en el medio ambiente (como solventes), aunque también se lesionan por falta de oxigeno en procesos infecciosos como la meningitis o por traumatismos.
Las enfermedades del sistema nervioso central las atienden neurólogos y psiquiatras, dos de las especialidades médicas menos demandadas por los estudiantes de medicina, tanto porque requieren de estudios previos de medicina interna o porque ambas son mucho más complicadas y menos remunerativas que, por ejemplo, cirugía plástica.
Con todo, la neurología y la psiquiatría han avanzado a pasos agigantados en el presente siglo, con el impulso tecnológico que han acarreado diagnósticos más oportunos y precisos, además de medicamentos más eficientes y dirigidos tanto para curar como para el control y manejo de enfermedades crónicas, además de mejor calidad de vida para el paciente, afirma el Dr. Barrell.
“Cada vez caen más paradigmas en torno a las demencias y que no nos permitían atenderlas de manera adecuada, hoy en día no podemos hablar de demencia senil cuando esta puede ser la antesala del Alzheimer, o también porque sabemos que existe la demencia por diabetes o hipertensión arterial”,