Experiencias involucradas
El ser humano es por naturaleza un ser social. A lo largo de la historia de la evolución de nuestra especie hemos buscado la manera de relacionarnos con nuestro entorno, incluyendo el establecimiento de vínculos y lazos con otras personas, con diversas finalidades. Los vínculos que llegamos a establecer con los demás se tornan complejos por los múltiples factores : costumbres, sentimientos, ideas, pensamientos, experiencias, etc.
Los lazos que unen a diferentes personas y las reacciones que éstos provocan, se caracterizan por una sensación de afinidad en donde juegan un papel muy importante una serie de sentimientos, actitudes y conductas. Este sentimiento, conocido como amor, se puede experimentar y expresar en diferentes direcciones, es decir, se puede manifestar hacia un hermano, un mentor, un amigo e incluso hacia una mascota. Sin embargo, la expresión del amor toma un rumbo diferente cuando nos encontramos en el terreno de las relaciones de pareja.
A la hora de establecer una relación de pareja, es importante distinguir los diferentes momentos que se experimentan en ella, tales como el primer contacto donde se presenta el cortejo, que constituye la etapa de la “conquista”; el enamoramiento posterior donde entran en juego factores tanto biológicos, bioquímicos y, por supuesto, psicológicos y emocionales, y que promueven un acercamiento más profundo con la pareja; y el romance que podemos visualizarlo como la atmósfera que envuelve a la pareja en la cual se experimenta una reciprocidad emocional-psicológica y de atracción físico-sexual, y que, por lo tanto, centrará la atención en aquellos factores que unen a la pareja.
La relevancia del romance dentro de una pareja radica en que, al ser una condición de reciprocidad, fomentará que los lazos que unen a la pareja se mantengan a lo largo del tiempo y que se centren tanto en los factores emocionales que unen a dos personas, como en las condiciones de atracción que hay de uno hacia el otro. A diferencia del enamoramiento que constituye un momento muy intenso en la pareja pero que tiende a extinguirse para dar paso al establecimiento de un vínculo más, el romance es un estado que puede mantenerse en una pareja a lo largo del tiempo.
Es importante para el ser humano poder establecer lazos afectivos estrechos y cercanos con otra persona, diferentes a los que se generan en el entorno familiar o de amistad. El llegar a experimentar el amor y el romance, permite que una persona logre establecer un vínculo afectivo, donde el sentimiento que siente hacia el otro genere bienestar, una sensación de completitud, compañía y reciprocidad, bajo una atmósfera de atracción y cercanía. Ahora bien, es muy importante también lograr conocerse a uno mismo de forma tal, que se puedan distinguir los sentimientos, pensamientos, emociones y experiencias involucradas en la elección de una pareja, con el fin de que el establecimiento de una relación sentimental produzca en ambas personas un sentimiento de amor y compañía, genuinos y perdurables.
