Las personas con depresión son ejemplo de una actitud negativa ante la vida, ya que sufrieron una pérdida real o imaginada la cual les es difícil superar, y creen que ningún esfuerzo podrá ser suficiente para recuperarlo, por lo que deciden dejar de luchar o esforzarse para lograrlo.
La persona que presenta una actitud negativa ante la vida hace que su calidad de vida disminuya, ya que es el resultado de un decremento de su estado emocional y físico. Es frecuente que presenten enojo por las cosas malas que les está ocurriendo y de las cuales sienten que no pueden salir; y, en consecuencia, se fijan sólo en lo que no tienen, en lo inalcanzable, fijándose metas muy elevadas para poder lograr la felicidad, con lo cual dejan a un lado las cosas positivas que sí poseen.
Las actitudes negativas suelen ser conductas aprendidas de los padres, ya que son los que educan, pero, a veces, ellos no son conscientes de estas actitudes negativas que van trasmitiendo a los hijos, conductas que pueden ser verbales o no verbales, es decir, acciones o palabras. Una vez que se adopta esta actitud se comienza a ver la vida de forma negativa, se van generando y desarrollando diferentes mecanismos de defensa al actuar y pensar, para poder sentir que se ejerce control sobre la vida. Pero hay que tener en cuenta que, como personas mayores, somos capaces de tomar nuestras propias decisiones frente a la vida y así mejorar o cambiar la actitud que se tiene ante la misma.
Las personas con actitud negativa procuran no perder lo poco que tienen, se vuelven prudentes y no logran ver que existen otros recursos para obtener algo mejor. A lo largo de su vida irán despreciando o dejando a un lado todas las buenas oportunidades, ya que se consideran poco capaces de obtenerlas y, paulatinamente, dejarán de tomar decisiones para luchar contra los obstáculos que se les presente, convirtiéndose ellos mismos en su peor enemigo.
Es importante saber que todos somos susceptibles a fallar y, en ocasiones, las decisiones que tomamos pueden ser buenas o malas, y de ambas aprendemos. Las personas con actitud negativa no toman ninguna de ellas, ocasionándoles enojo al estar a expensas de los demás.
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