La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta al cerebro y la médula espinal; lesiona la vaina de mielina -el material que rodea y protege las células nerviosas-. Cuando la mielina se lesiona o daña forma una cicatriz la cual bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, conduciendo a los síntomas más comunes de la EM:

• Alteraciones de la vista.
• Debilidad muscular.
• Problemas con la coordinación y el equilibrio.
• Sensaciones como entumecimiento, picazón o pinchazos.
• Problemas con el pensamiento y la memoria.

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Datos importantes

• El padecimiento de la esclerosis múltiple es diagnosticado a jóvenes adultos, principalmente entre los 20 y los 40 años de edad.
• Las personas de raza blanca tienen el doble de probabilidades que otras razas de desarrollar este trastorno, de la misma manera que las mujeres son dos veces más propensas que los varones.
• La esclerosis múltiple no es directamente hereditaria, aunque la susceptibilidad genética desempeña un papel importante en su desarrollo. Tampoco es contagiosa. Hay más mujeres que hombres con esclerosis múltiple debido a la actividad hormonal.

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Los científicos desconocen aún la causa de esta enfermedad, en primer plano sospechan que es un problema multifactorial, creen que esta enfermedad del sistema nervioso central es una enfermedad autoinmune, en la que el organismo del paciente actúa por medio de un ataque defensivo contra sus propios tejidos, concretamente la mielina.

Aproximadamente 2.500.000 personas padecen esclerosis múltiple. La EM es una de las enfermedades más comunes del sistema nervioso central en los adultos jóvenes (de 20 a 40 años).

Muchas de las personas con la enfermedad de EM no sufren después del ataque inicial y pueden llegar a tener una vida normal por muchos años. En el caso de la esclerosis maligna, el deterioro es rápido y progresivo y acaba en una incapacidad notable. En muy pocos casos la enfermedad es mortal y la mayoría de los pacientes tiene unas expectativas de vida normales.

La resonancia magnética y la exploración neurológica son algunas de las pruebas que ayudan a diagnosticar al paciente y pueden ayudar a localizar las lesiones en el sistema nervioso central.

Síntomas

Normalmente las personas afectadas por esta enfermedad pasan por desapercibido los primeros síntomas debido al poco malestar que presentan. A menudo, una de las primeras manifestaciones que se presentan son problemas de la visión, con detalles como visión borrosa o doble.

Los síntomas varían porque la localización y magnitud de cada ataque puede ser diferente. La manifestación de síntomas puede ser por medio de episodios durante días, semanas o meses y se alternan con períodos de reducción o ausencia de los síntomas. Los principales factores que alteran esta enfermedad y provocan un aceleramiento de síntomas son la fiebre, los baños calientes, la exposición al sol y el estrés.

Algunos de los síntomas musculares que presentan con mayor frecuencia las personas con este padecimiento son dificultad para caminar, perdida de motricidad de piernas y brazos, perdida de equilibrio, en algunos casos espasmos musculares, temblor y debilidad en uno o ambos brazos o piernas.

El estreñimiento y escape de heces se debe a los síntomas vesicales e intestinales al igual que la dificultad para comenzar a orinar “incontinencia” o urgencia intensa de orinar.

Otros de los síntomas de origen cerebral y neurológico son la disminución del periodo de atención, capacidad de discernir y perdida de la memoria, dificultar para resolver un problema o razonarlos, en muchos casos depresión y baja autoestima.

La fatiga es un síntoma común y molesto a medida que progresa y con frecuencia es peor al final de la tarde.
Las recaídas de los pacientes varían dependiendo de muchos factores, uno de ellos es el clima; el calor hace que se debiliten y se lleguen a cansar, por lo tanto lleguen más cansados a la terapia; por otro lado están los sentimientos y el humor de los pacientes, debido a que, si llega un paciente a la clínica, con un humor negativo, no va a contar con la misma energía que al contrarío de uno que llegue feliz o de sentimiento positivo.

No existen fármacos que curen la esclerosis múltiple pero hay un tratamiento disponible que puede modificar el curso de la enfermedad. El personal médico y las asociaciones de apoyo a pacientes con EM son fuentes importantes de información sobre esta enfermedad.

Hoy por hoy no existe ningún tratamiento curativo para la esclerosis múltiple y los tratamientos disponibles están especializados a modificar la evolución de la enfermedad, paliar sus síntomas y rehabilitar al paciente.

Actualmente están en marcha muchas líneas de investigación dirigidas a obtener nuevos tratamientos inmunomoduladores, otros más efectivos -sobre todo en determinados grupos de pacientes, recién diagnosticados, con formas progresivas desde el inicio, etc.- o bien a evaluar combinaciones de terapias que actúen de forma conjunta, así como la clínica cerebro que cuenta con terapias personalizadas y con tecnología de punta capaz de mejorar la calidad de vida del paciente.

Referencias

• Medline Plus. Información de salud para usted http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/healthtopics.html