Cuando se oye hablar de hipertensión o presión arterial, en general se cree que es una enfermedad relacionada con el corazón o incluso se tiene la idea de que el corazón causa hipertensión. Pero no es así.
Si una persona tiene la presión alta, como comúnmente se dice, en realidad tiene un problema de riñones, y no necesariamente causada por la hipertensión. Más bien, el origen de la hipertensión está en los riñones.
Poco se sabe, pero resulta que los riñones son los que regulan la presión arterial. De hecho, todos los enfermos renales sufren de presión arterial elevada. Por tanto, el hipertenso en realidad tiene que dirigirse más con el nefrólogo que con el cardiólogo, y no al revés como comúnmente sucede.
El punto es que el corazón nunca causa hipertensión. Y el problema es que aunque el cardiólogo lo sabe, no lo envía con el nefrólogo. Como en todo, entre los especialistas también hay competencia y tratan de mantener su coto de poder.
El doctor Alejandro Valdez, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital San José del Tecnológico de Monterrey, nos hace ver este enfoque de la hipertensión que es muy importante y sin embargo desconocido.
“En México los nefrólogos –explica el especialista- vemos al paciente en la etapa terminal porque no lo refieren antes. El cardiólogo lo va manejando y ya cuando el paciente está bien intoxicado y necesita diálisis, entonces es cuando los nefrólogos lo recibimos; cuando ya no hay nada más que hacer, mas que dialisarlo”.
Pero justo ése es el grave problema porque la diálisis es la terapia de último recurso y la más costosa, y no hay recursos que alcancen para cubrir a todos los enfermos renales; de hecho hay cálculos charde que los cerca de 70,000 pacientes dialisados periódicamente en México son apenas una pequeña proporción de los que ya lo necesitan.
Alejandro Valdez señala que si bien en el 80% de los casos de hipertensión no hay causa definida, es un hecho que cuando hay daño renal invariablemente habrá hipertensión.
A su vez, la hipertensión daña al riñón así como al corazón; y en general puede dañar a todos los órganos por la fuerte presión con que reciben el flujo sanguíneo. Por eso la frase en el Día Mundial del Riñón en este 2011 fue: Protege tus riñones para salvar tu corazón. Dada la explicación, queda claro que si estás sano del riñón, estás salvando tu corazón.
El especialista nos explica que los imprescindibles riñones tienen muchas funciones: eliminan las toxinas, regulan todos los líquidos en el cuerpo, regulan los electrolitos, como sodio, potasio, cloro; producen hormonas y vitaminas; y una de esas hormonas es la renina que es la que regula la presión de las arterias.Cuando esta hormona falla, aparece entonces la hipertensión.
Aparte, el riñón produce también la hormona de la eritropoyetina, que regula la sangre; de modo que si el riñón no funciona, esa persona puede tornarse anémica.
Y por si no fuera suficiente su protagonismo en el cuerpo, el riñón es el encargado de producir la importante vitamina D.
El asunto es que luego no lo tienen muy claro ni los mismos médicos. Por eso es tan importante la labor de capacitación que se da en los congresos y eventos de actualización. Y justo recién se dio a conocer todo este proceso en un Congreso de Nefrólogos, donde en particular se explicó sobre alteraciones del metabolismo mineral en la insuficiencia renal; en particular del calcio y fósforo.
Se explicó que el riñón al no producir vitamina D, no puede absorber el calcio (que se absorbe gracias a la vitamina D en el intestino).
Es la vitamina D la que regula el calcio, de modo que cuando está bajo el calcio y la vitamina D, la glándula paratiroides –como un mecanismo fisiológico del cuerpo-, secreta una hormona, la paratohormona, que entonces busca y saca el calcio de los huesos, transitándola por arterias ocasionando que las arterias se calcifiquen. Este mal es llamado hiperparatiroidismo.
De ahí que los pacientes con problema renal, tienen mayor riesgo de muerte porque se les baja el nivel de calcio y de fósforo, y se les genera calcificación de arterias. Son pacientes que sufren de dos extremos: osteoporosis (descalcificación de huesos) y calcificación de arterias.
Por eso en la insuficiencia renal, el 50% de las causas de muerte es por enfermedad cardiovascular, y todo derivado de las alteraciones en el metabolismo mineral a partir del daño en riñones.
En este contexto, el laboratorio Abbott está empujando una terapia (Zemplar) que lo ofrecen como un análogo de la Vitamina D porque ayuda a disminuir la secreción de paratohormona y regular el calcio.