Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la insuficiencia renal crónica (IRC) es actualmente la quinta causa de muerte general en México y la tercera a nivel hospitalaria.
En este sentido, es fundamental generar acciones preventivas y de diagnóstico oportuno para fomentar el acceso a los mejores tratamientos disponibles y generar conciencia sobre la importancia de una cobertura universal que incluya un padecimiento que día a día tiene mayor incidencia en la población mexicana.
La insuficiencia renal crónica (IRC), es la pérdida progresiva de la función renal que se caracteriza por anormalidades en la estructura o función del riñón, por lo que el organismo pierde gradualmente la capacidad de filtrar las sustancias tóxicas de la sangre.
En México existen 10 millones de personas con algún grado de insuficiencia renal, de las cuales cerca de 129 mil se encuentran en etapas avanzadas con requerimientos de diálisis o hemodiálisis.
Por ello, es importante que los programas de atención a la insuficiencia renal crónica hagan hincapié en la prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno de ésta y sus complicaciones, para retrasar la progresión a diálisis y poder acceder a trasplante de riñón de forma oportuna, con la consecuente mejoría en la calidad de vida del paciente.
Considerando lo anterior, es necesario elaborar e implementar una política de salud clara, orientada a disminuir el impacto que puede tener la IRC en un futuro cercano. Se deben tener lineamientos prácticos para la detección oportuna de la IRC y para la atención de complicaciones tempranas a través de tratamientos nefroprotectores, que implican el control de los niveles de glucosa, anemia, hipertensión y proteinuria, y que permiten retrasar la progresión a diálisis y al trasplante de riñón.
Por otro lado, de acuerdo a la Comisión Nacional de Protección Social en Salud —Administradora del Seguro Popular—, en México existen actualmente 59.1 millones de personas no derechohabientes, que en caso de padecer IRC no tendrían manera de enfrentar los altos costos del tratamiento, ni la complejidad de una enfermedad que gradualmente deteriora su calidad de vida.
Es por ello que resulta importante que el Seguro Popular incluya la cobertura de la insuficiencia renal crónica en sus distintas etapas dentro del Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES) en las etapas I, II y III, así como en el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) en las etapas IV y V. La atención prioritaria a la prevención nos ayudará a contener el crecimiento acelerado de este padecimiento con la posibilidad de revertir de forma significativa su impacto económico y social en el país, con una inversión accesible.
La implementación de tratamientos nefroprotectores contribuirá a disminuir el gasto destinado a diálisis, con ahorros que podrían ser destinados al trasplante renal.
“Frente al número creciente de pacientes con IRC y el alto costo de los tratamientos, es crucial reforzar las acciones preventivas y poner la atención médica al alcance de todos los pacientes renales a través de la inclusión del padecimiento en Seguro Popular”, afirmó Carlos Castro, Presidente de Asociación Ale, organización no gubernamental sin fines de lucro enfocada a apoyar a pacientes con daño renal y a promover la cultura de la donación de órganos en el país.
Así, Asociación Ale hace un llamado a los actores involucrados en la atención de la insuficiencia renal crónica, autoridades de salud y médicos a dar la dimensión que ésta tiene en el escenario nacional, a evaluar el crecimiento que tiene en la actualidad, y fomentar la creación de una política nacional que enlace, coordine e integre los esfuerzos en torno a su atención, y su inclusión en el Seguro Popular de modo que no exista ningún paciente renal sin acceso a tratamiento.