Es una enfermedad erito-escamosa de la piel, es decir, se ve roja y escamosa. La escama que desarrolla es gruesa y está pegada a la dermis; cuando la despegamos, deja un punto de sangre. Se ubica en la piel cabelluda, codos, rodillas, entre otras; y se presenta en forma de placas que son muy visibles.
“Es más común en la población adulta, con el 1% de prevalencia en México. No es una infección y, no se contagia, el factor más importante para su desarrollo es la herencia, aunque se sabe que el estrés podría denotar su aparición”, asegura la Dra. Ponce.
Tratamiento
Dependiendo del grado de severidad, se aplican medicinas biológicas inyectadas o productos humectantes que contengan fitoesteroles, que desinflaman sin ser esteroides, ya que estos últimos hacen adicta a la piel, por lo que al dejar de aplicarlos, empeora la situación.
Te recomendamos más artículos acerca de males dermatológicos: