El manejo médico de los padecimientos y las complicaciones relacionadas con la fragilidad de huesos en la población mexicana representa para el sistema de salud del país costos calculados en 411 millones de dólares, según revela un estudio publicado recientemente por la prestigiada revista médica Arch Osteoporos Journal.
“Los mencionados costos incluyen elementos como las consultas médicas, los servicios de densitometrías o análisis químicos sanguíneos y los procesos de hospitalización y rehabilitación para los pacientes que sufren algún tipo de fractura por fragilidad ósea”, apuntó la Dra. Patricia Clark Peralta, investigadora principal de este artículo.
Realizado con base en los números del año 2010, el estudio denominado Costos de la Osteopenia, Osteoporosis y las Fracturas por Fragilidad en México recupera las estadísticas de las principales instituciones de salud pública y de los servicios de salud destinados a las personas sin seguridad social.
De manera desglosada, se indica que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es el que encabeza la lista con los mayores costos, pues el tratamiento de los problemas derivados de la fragilidad ósea representa para esta institución un costo superior a los 190 millones de dólares.
En un segundo lugar, se encuentran los costos generados en la atención de osteopenia, osteoporosis y fracturas a personas que no cuentan con algún tipo de seguridad social; es decir, los gastos que dependen directamente del bolsillo de la población; los cuales, con 116 millones de dólares anuales, representan el 28.2% del costo total de estos padecimientos en el país.
El costo restante de tratamientos médicos por fragilidad ósea lo absorbe el Seguro Popular, con casi 53 millones de dólares anuales; el Instituto de Servicios y Seguridad Social para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con 30 millones de dólares, y otros organismos como PEMEX, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina e instituciones estatales que, de manera acumulada, gastan alrededor de 21 millones de dólares en este rubro.
Los resultados del estudio indican también que en el país existen alrededor de 13 millones de personas con algún problema de fragilidad en los huesos, de los cuales alrededor del 80% padece osteopenia, mientras que el 20% restante ha avanzado hacia una etapa más severa denominada osteoporosis.
“Lo anterior significa que cuatro de cada 10 mexicanos mayores de 40 años tiene alguna enfermedad relacionada con fragilidad ósea, lo que resultaría una razón para explicar las casi 80 mil fracturas que atienden los servicios de salud al año por esta causa”, detalló la Dra. Clark.
La especialista en epidemiología insistió que las fracturas por fragilidad ósea son de alto riesgo para la población, pues se ha demostrado estadísticamente que hasta el 20% de los pacientes que sufren fractura de cadera por esta causa mueren en el primer año posterior al evento.
La especialista Patricia Clark Peralta puso énfasis en que de no tomarse las medidas necesarias para enfrentar este problema los costos de tratamiento de estas enfermedades y sus complicaciones crecerán en 42% para el año 2020.
“La prevalencia de la osteoporosis crecerá un punto porcentual cada año, por lo que, de no fortalecerse en los siguientes años el sistema de diagnóstico y tratamiento médico de esta enfermedad, los costos de tratamientos por fragilidad ósea representarán para el 2020 casi 600 millones dólares”, finalizó.