El lugar de trabajo probablemente sea una fuente de estrés para muchas de nosotras, provocando incluso que nos sintamos impotentes ante los efectos de este tipo de tensión. Aprender a sobrellevar esta carga puede beneficiarnos tanto en nuestra vida profesional como en la personal.
Por ello, especialistas de Mayo Clinic te comparten recomendaciones para ayudarte a controlar la situación.
Identifica los desencadenantes del estrés
Tu personalidad, tus experiencias y otras características únicas influyen en el modo en que respondes al estrés y lo sobrellevas. Las situaciones y los sucesos que son preocupantes para tus colegas podrían no molestarte en absoluto, aunque también es posible que seas particularmente sensible a determinados factores de estrés que no parecen molestar a otras personas.
Comenzar a afrontar el estrés en el trabajo requiere, en primer lugar, identificar los desencadenantes.
Durante una semana o dos, registra las situaciones, los sucesos y las personas que suscitan una reacción física, mental o emocional negativa en ti. Incluye una breve descripción de cada situación, mientras encuentras respuesta a preguntas como las siguientes:
- ¿Dónde estaba?
- ¿Quién estuvo involucrado?
- ¿Cuál fue mi reacción?
- ¿Cómo me sentí?
Luego, evalúa las respuestas. A lo mejor descubres causas evidentes de estrés, como la amenaza de perder tu trabajo u obstáculos en un proyecto en particular; aunque también podrías notar causas sutiles pero constantes de estrés, como el tiempo que inviertes para ir y venir del trabajo o un ambiente laboral incómodo.
Afronta los desencadenantes del estrés
Una vez que identifiques los factores que desencadenan tu estrés, considera cada situación o acontecimiento y busca formas de resolverlos.
Por ejemplo, supongamos que estás atrasado en el trabajo porque tienes que salir antes para recoger a tu hijo de la escuela. Quizás puedas pedir a otros papás o a algún vecino sí podrían turnarse para recoger a los niños de la escuela, o tal vez puedas empezar a trabajar más temprano y tomar un receso más corto para la comida o trabajar en tu casa por la noche para ponerte al día.
Frecuentemente, la mejor manera de lidiar con el estrés es encontrar la manera de modificar las circunstancias que lo provocan.
Maximiza tu capacidad de administrar el tiempo
Además de abordar ciertos desencadenantes específicos del estrés, también vale la pena mejorar la capacidad de administrar tus tiempos, sobre todo si tiendes a sentirte abrumado o bajo presión en el trabajo. Por ejemplo:
- Fija objetivos realistas. Trabaja con colegas y supervisores para establecer expectativas y plazos realistas. Establece revisiones de progreso regulares y modifica tus metas según sea necesario.
- Haz una lista de prioridades. Prepara una lista de tareas y clasifícalas en orden de importancia. Durante el día, consulta la lista de prioridades y trabaja en las tareas siguiendo el orden establecido.
- Protege tu tiempo. Si tienes un proyecto difícil o de especial importancia, reserva tiempo para trabajar en él sin interrupciones. Además, divide los proyectos grandes en tareas más pequeñas.
Mantén las cosas en perspectiva
Cuando tu trabajo es estresante, puedes sentir que absorbe toda tu vida. Para mantener las cosas en perspectiva:
- Obtén otros puntos de vista. Habla con colegas de confianza o con amigos sobre tus problemas laborales, porque esas personas pueden darte opiniones o sugerencias para afrontar la situación. A veces, el simple hecho de hablar sobre un factor de estrés puede aliviarlo.
- Toma un descanso. Aprovecha al máximo las pausas de tu jornada laboral, porque hasta unos minutos de tiempo personal durante un día de trabajo ajetreado pueden ser reparadores. Asimismo, tómate un descanso cuando puedas, ya sea unas vacaciones de dos semanas o un fin de semana largo. Además, intenta no pensar en el trabajo en determinados momentos; por ejemplo, no revises tu correo electrónico en casa por la noche o apaga el celular en ciertos momentos cuando estés en tu casa.
- Ten un método de desahogo. Para evitar el agotamiento, resérvate un tiempo para hacer actividades que disfrutes, como leer, socializar o practicar algún pasatiempo.
- Cuídate. Presta atención a tu salud. Incorpora actividad física a tu rutina diaria, duerme bien y aliméntate sanamente.
Cuándo debes buscar ayuda
Si ninguna de estas medidas te resultan efectivas, la recomendación es consultar a un especialista que te enseñará maneras eficaces de controlar el estrés laboral o te canalizará con algún otro médico que pueda ayudarte.