Un nuevo estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos descubrió que las medicinas falsificadas y de calidad inferior, incluidos los medicamentos para tratar la malaria, son un grave problema en gran parte del mundo. En los países de ingresos bajos y medianos, más del 13% de los medicamentos esenciales que satisfacen las necesidades prioritarias de atención médica de la población caen en esta categoría. Al analizar específicamente los países africanos, la proporción de medicamentos falsificados y de calidad inferior asciende a casi el 19%.
Los medicamentos falsificados son productos médicos que modifican deliberada y fraudulentamente su identidad, composición o fuente. Los medicamentos de baja calidad son productos médicos reales que no cumplen con los estándares de calidad o especificaciones por una variedad de razones, incluyendo malas condiciones de fabricación, envío o almacenamiento, o porque el medicamento se vende más allá de su fecha de caducidad.Los investigadores analizaron 96 estudios previos de medicamentos falsificados y de calidad inferior, cada uno de los estudios evaluó más de 50 medicamentos. El equipo descubrió que los antipalúdicos y los antibióticos eran los medicamentos que se venden con mayor frecuencia en condiciones deficientes o falsificadas. En países de bajos y medianos ingresos, el 19% de los antimaláricos y el 12% de los antibióticos son de calidad inferior o son falsificados.
Sachiko Ozawa, profesor asociado de la UNC Eshelman School of Pharmacy (Escuela de Farmacia Eshelman de la UNC), dirigió la investigación junto con colaboradores. El documento fue publicado en la revista JAMA Network Open el 10 de agosto de 2018.
“La prevalencia de medicamentos falsificados y de calidad inferior es un problema sustancial de salud pública porque estos medicamentos pueden ser ineficaces o dañinos y pueden prolongar enfermedades, causar intoxicaciones o conducir a interacciones peligrosas con medicamentos“, dijo Ozawa. “Nuestro estudio muestra que se necesita un esfuerzo global concertado para mejorar la gestión de la cadena de suministro de medicamentos y para identificar soluciones a este problema no estudiado“.
Los investigadores buscaron en 5 bases de datos por estudios relacionados con medicamentos falsificados y de calidad inferior. Revisaron 256 estudios e incluyeron 96 estudios en su análisis.
“Necesitamos más colaboración global para implementar leyes sobre la calidad de los medicamentos, aumentar la capacidad de control de calidad y mejorar la vigilancia y el intercambio de datos“, dijo James Herrington, profesor de la Facultad de Salud Pública Global de UNC Gillings y coautor del estudio. “Esto puede fortalecer la cadena de suministro global contra los medicamentos de mala calidad, mejorar los resultados de salud al reducir la resistencia antimicrobiana y antiparasitaria y, en última instancia, ayudar a los gobiernos, las empresas y los pacientes a ahorrar dinero“.
El análisis del equipo encontró información limitada sobre el impacto económico de los medicamentos de baja calidad, las estimaciones del tamaño del mercado varían ampliamente de $10 mil millones a $200 mil millones de dólares. Los medicamentos subestándar y falsificados pueden ser una carga para los sistemas de salud al desviar recursos a terapias ineficaces o dañinas y causar costos de tratamiento adicionales y una menor productividad del trabajador debido a enfermedades tratables, pero estos efectos no se han medido.
En el informan, los autores no reportan conflictos de interés[.]
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