Con el regreso a clases también llega la temporada de lluvias, y por consiguiente la posibilidad de que se presenten enfermedades respiratorias en los alumnos, como gripa y tos, principalmente. Esto se debe a los cambios bruscos de temperatura en el medio ambiente, que va del aire fresco al frío por la mañana, que en las ciudades como el Distrito Federal se conjuga con la contaminación, el calor del mediodía y la lluvia por la tarde y noche, lo que repercute en el desarrollo de enfermedades e infecciones respiratorias.
De acuerdo a estadísticas, entre los padecimientos por este motivo destacan, además del catarro común, las infecciones faringo-amigdalitis en garganta, tales como faringitis, otitis, meningitis y laringitis, entre otras.
Estas enfermedades que desde inicio de clases inciden en el ausentismo de alumnos, requieren de cuidado para evitar complicaciones y que no evolucionen como infecciones más severas e incluso crónicas.
Tras el paso de la contingencia por el virus de la influenza A/H1N1, la Secretaría de Educación Pública informó de 858 mil 250 estudiantes que no asistieron a clases o fueron enviados de regreso a su hogar, por presentar algún tipo de problema en las vías respiratorias.
Entre los factores que derivan en el ausentismo de los alumnos, destaca la automedicación de antibióticos que los padres dan a sus hijos sin que se cuente con un diagnóstico que asegure que ese medicamento va a sanarlo.
Los antibióticos son medicamentos que únicamente actúan cuando en el paciente se diagnostica que el origen de la infección respiratoria lo provocó una bacteria.
Sin embargo, la mayoría de los resfriados, gripa, las diversas manifestaciones de tos y el dolor de garganta son provocados por virus, de modo que el antibiótico no va a curar al enfermo; en cambio puede provocar toxicidad y que el paciente desarrolle resistencia a estos medicamentos.
Esta situación tiene secuelas graves cuando posteriormente, en realidad el paciente tenga una infección provocada por una bacteria, debido a que esta se hará más resistente en el organismo y puede que por la resistencia generada, no habrá antibiótico disponible para contrarrestarlo.
De acuerdo al programa “El uso racional de la ampicilina”, una de las principales fórmulas de antibióticos y emprendido por el laboratorio Bristol-Myers Squibb, el uso adecuado y bajo supervisión médica de estos medicamentos, además de evitar daños estomacales o cuadros tóxicos, siguen siendo muy efectivos para el combate de las enfermedades respiratorias.
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