Con los cambios de estilo de vida, también se ven afectados nuestros hábitos alimenticios e higiene bucal. Según expertos, el ritmo laboral, sobre todo en las grandes ciudades, hace que los ciudadanos recurran a comida procesada en lugar de productos frescos y no tengan tiempo de cuidar sus dientes.
De acuerdo con el último informe de la Secretaría de Salud, SIVEPAB, (Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales) [1], 3 de cada 10 adultos mayores han perdido al menos 20 piezas dentales, y el resto mantiene en promedio 22 dientes permanentes de las 32. Además, el 2% ya no tiene ninguna.Especialistas en odontología alertan de la importancia de la prevención. “La aparición de caries en adolescentes y adultos jóvenes puede derivar en una pérdida de la pieza dental si no se trata a tiempo. Esto se puede prevenir con una correcta higiene bucal, alimentación adecuada y control regular del dentista”, comenta la doctora Lizbeth Infante, Cirujano Dentista de las Clínicas Dental Arts.
Los datos de prevalencia de caries del informe SIVEPAB [1] indican que 8 de cada 10 adultos en México de entre 35 y 44 años tienen caries activa, que requiere tratamiento. Si abrimos el grupo de edad de 18 a 74 años, este dato se incrementa a 9 de cada 10. Al comparar este informe con el presentado en 2015, observamos que el porcentaje de adultos con caries creció en México de 87.3 a 94.3% en promedio y de no tomar las debidas precauciones, podrían derivar en la pérdida de las piezas dentales.
Este incremento se debe a varios factores. “Todo lo que comemos contiene azúcares, pero especialmente la comida procesada. El cambio en la alimentación del mexicano por la creciente incorporación de la mujer al trabajo y la falta de tiempo, ha provocado un aumento en la ingesta de este ingrediente, que sumado al excesivo consumo de refrescos azucarados y la escasa higiene bucal, inciden en la aparición de caries, deterioro del esmalte y pérdidas dentales”, explica la doctora Infante.
Alejandra Toledo, nutrióloga especialista en sensibilidad alimentaria y directora general de Inbalance, nos explica “como es tan fácil encontrar comida, eso hace que las personas prefieran no gastar tiempo en comprar alimentos y consumen productos industrializados. Pero éstos, por mínimo proceso que lleven, son bajos en nutrientes, contienen otras sustancias que el cuerpo no está hecho para consumir y tienen altos niveles de azúcar, generando desequilibrio en el cuerpo”.
México es el primer país del mundo en consumo de refrescos, con un promedio de 163.3 litros por persona al año. Además, el 70% de la ingesta de azúcar proviene de bebidas azucaradas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) [2] recomienda consumir un máximo de “6 cucharaditas” de azúcar al día para preservar la salud, lo que significa que menos del 5% de la ingesta calórica total diaria debe proceder de azúcares libres.
“Esta es una recomendación, pero en realidad el azúcar refinado no es un ingrediente indispensable en nuestra alimentación. Hay yogures, que contienen más de cinco cucharaditas por unidad, es decir, 12.5 gramos y una rebanada de pan de caja lleva aproximadamente una porción de azúcar”, explica Toledo.
Recientemente, la Asociación Dental Mexicana (ADM) alertó que el consumo desmedido de azúcares ha repercutido en la salud bucal de los mexicanos y ha derivado en el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes. México es el quinto país en el mundo con mayor número de diabéticos, superando los 12 millones de casos.
Además, la falta de piezas dentales también afecta a la. “Una persona con padecimientos buco-dentales como falta de dientes, por ejemplo, terminará modificando su dieta haciendo de lado proteínas difíciles de masticar y opta por otros alimentos que lo satisfagan pero que no lo nutran, generalmente alimentos altamente procesados”, comentó Laura Díaz Guzmán, presidenta de la ADM.
La OMS manifestó [3] su preocupación por cómo la creciente ingesta de azúcares libres no sólo produce obesidad, sino que también se convierte en un sustituto al consumo de otros alimentos con mayor valor nutricional. “Lo recomendable es que al menos 80% de nuestra dieta provenga de alimentos frescos y de temporada”, comenta Toledo.
La doctora Infante, nos recomienda junto con la alimentación, “es importante que nos preocupemos por la higiene bucal, sobre todo si hay antecedentes familiares con enfermedades buco-dentales como piorrea o caries. Los elementos clave son:
- rutinas de cepillado que cumplan con las indicaciones del doctor para que se lleve a cabo de manera correcta
- y revisiones periódicas con el especialista, al menos una vez cada 6 meses”[.]
[referencias]