Hipertensión y otros padecimientos

El 50% de los pacientes con hipertensión arterial (HTA) en México sufren algún otro padecimiento de índole mortal, que les disminuye la calidad de vida de forma importante, como diabetes, tabaquismo, obesidad, complicación cardiaca o enfermedad renal.

La HTA afecta a 20 millones de mexicanos, pero de estos, 17.5 millones no recibe el tratamiento adecuado o no sigue las indicaciones de su médico.

En estas condiciones, 10 millones de hipertensos que además padecen de presión elevada frecuente, sufren de alguna otra complicación y menos del 10% están controlados de manera adecuada.

Estos datos se desprenden del estudio Impact Report, elaborado con la colaboración de tres importantes sociedades médicas latinoamericanas: la Sociedad Mexicana para el Estudio de la Hipertensión Arterial, la Sociedad Brasileña de Cardiología y la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.

El estudio arroja que en países pobres como México, los servicios de salud así como el impacto por discapacidades y otras secuelas que provoca la HTA, del 80% de la carga total del padecimiento, sólo se dispone del 10% de los recursos que se requieren para contener los gastos generados por no controlar y prevenir la enfermedad.

Y no es que en México los servicios de salud no gasten en tratar de contener el impacto de la HTA, porque se dispone anualmente de dos mil 500 millones de dólares en asuntos relativos a la enfermedad, porque lo que resulta realmente grave es que menos de 5% de los mexicanos están controlados contra la enfermedad.

La presión arterial se mide con la presión sistólica (la primera cifra que corresponde al momento en que el corazón se contrae al bombear) que debe ser de 120, y la distólica (que es la segunda cifra, que se presenta cuando este músculo cardiaco se relaja) y su condición normal es de 80. Para quien ya es hipertenso se recomienda que al presión esté por debajo de 140/90, e idealmente 130 para que las cifras se estime que están bajo control.

Ante el alarmante número de hipertensos que no están controlados, y como se alcanza a valorar lo que representa la HTA en México, resulta fundamental que estos pacientes se controlen bajo terapias de probada efectividad, aceptabilidad y capacidad de compra, si tomamos en cuenta que la mayoría quienes se llegan a medicar abandonan con suma facilidad el tratamiento.

Hoy en día en el país las terapias de este padecimiento se basan en la efectividad de seis familias de medicamentos que están avalados por la Secretaría de Salud.

Entre las terapias más efectivas, destacan aquellas que combinan los ingredientes activos de un bloqueador de receptor de angiotensina II y un bloqueador de los canales de calcio amlodipino, que también son indicados para reducir la mortalidad vascular en pacientes en situación de alto riesgo y que ya sufrieron un infarto al miocardio, con insuficiencia o disfunción ventricular izquierda.

Cuando un paciente no responde a esta que es una monoterapia (un sólo medicamento), se puede acudir a una nueva clase terapéutica conocida como de inhibidores directos de renina, que han demostrado en estudios clínicos que además de bajar la presión, reducen la proteinuria en pacientes diabéticos y el crecimiento cardiaco (hipertrofia) en pacientes hipertensos.

A la proteinuria se le conoce por la presencia de proteínas en la orina, las cuales a la larga pueden originar daños como insuficiencia renal crónica.

No olvides que la atención de la HTA debe hacerse bajo seguimiento médico, y que las mujeres después de la menopausia ya no cuentan con la protección hormonal, dado que los estrógenos son el mejor guardián del corazón y las arterias, que cuando disminuyen las dejan en riesgo.